Agarré la bici y me fui con la compu al bar de siempre a sacar trabajo atrasado.
En la misma mesa de la primera vez estaba Hernán sentado leyendo el diario. No supe qué hacer. El corazón se me paró y decidí ir a saludarlo.
-Hola!- le dije con sonrisa falsa.
- ¡Vicky! ¿como va?- me dijo muy simpático.
-Bien, con trabajo para hacer, como de costumbre- contesté sin abandonar la sonrisa.
-Bueno, me siento por ahí. Voy a comer algo.
-Bueno, me dijo.
Me senté en la misma mesa de la primera vez sintiendo un pequeño agujero en el estómago. ¿Qué onda? Pensé que al menos me iba a decir "no te llamé porque se me murió el perro, mi abuela, tuve un viaje de negocios, estuve atrapado en el placard el fin de semana, tuve una gastroenteritis, me dolía la muela, tenía cólicos, mi amigo se separó, etc. Pero no, nada de eso. Siguió leyendo el diario como si nada.
Pensé que los números lo señalaban a él pero claramente, no es él y a pesar de estos encuentros casuales (me lo vuelvo a encontrar un día "10") se ve que esto no fluyó. La pregunta del millón es ¿sino fluye al principio, no fluye más? ¿Es una sóla oportunidad que tenemos? ¿Es cierto que todo es cuestión de timing?
Tenía ganas de sentarme en la mesa y decirle: Mirá pedazo de nabo ¿ me podés decir cómo es tu onda? ¿Por qué me decís que me vas a llamar sino me llamás? ¿Por qué te hacés el que te gusto si al final parece que no?
Esto es lo indescifrable de los hombres. Sin embargo me quedé en mi lugar e intenté trabajar. Lo miré de reojo un par de veces pero él parecía muy concentrado en el diario. Ojalá se vaya rápido así puedo concentrarme en el trabajo. Apenas lo pensé, se levantó y fue a pagar. Cuando pasó por mi mesa se acercó, me dio un beso y me dijo "nos vemos".
-Si, nos vemos- dije.
¿Así nada más? ¿Pero por qué no te vas a freir churros y te tirás el aceite caliente en la cara?
Ahí me invadió una furia terrible, por no entender los códigos por vivir en un mundo donde nada es lo que parece. La llamé a Cata inmediatamente:
- Adiviná lo que me acaba de pasar!- le dije sin saludarla.
-Ahora no puedo hablar, después te llamo - me dijo y cortó.
La llamé a Romi. Romi hace un tiempo que está en pareja, tuvo su momento de soltería y acumuló la suficiente experiencia para tener una visión del tema.
-Entiendo lo que decís, pero creo que estás obsesionada con este pibe. Todo bien con la numeróloga pero puede que te haya mandado fruta. Pero más allá de eso creo que (y esto por lo que escucho de los amigos de Pedro), no es que no le gustaste, pero tal vez, tiene otras cosas para hacer.
-No entiendo -le dije agudizando el oido.
-Bueno, que yo les pregunto a los chicos qué onda con las minas y ellos dicen que sí, que tal o cual les gusta pero que tienen otras cosas para hacer y que bueno, las llaman en algún momento, se cuelgan.....
-Sigo sin entender- le dije.
-Yo tampoco entiendo, para mí es más simple. Te gustó o no te gustó. Punto. Pero en estas épocas parece que uno debe mantener muchas "ventanas" o "pestañas" abiertas. Tal vez no estás navegando en ninguna, pero ahí están por las dudas.......El multitasking a la orden del día.
-Si, no sé cómo se sale de eso.
- De todos modos, no te aflijas. Sé que es difícil encontrar gente que piense como uno hoy, que no se diluya, esfume o borronee, pero te juro que las hay. No dejes de ser fiel a vos misma, aún cuando parezca difícil. Lo peor sería bajar las expectativas para tener una pareja.
-Eso lo tengo más que claro. Si me engancho con un nabo para casarme y tener hijos te pido que me ejecutes en la Plaza de Mayo- le dije.
Ja ja, deal!!! - me contestó y cortó.
Me quedé pensando si en otras épocas conectar con la gente era más fácil. Todavía no estoy muy segura aunque sí me acuerdo algunas cosas que no funcionaron el pasado, como mi relación con el sonidista de MTV. Nuestra conversación final fue algo así:
Estaba metida en la cama mirando “Río salvaje” con Meryl Streep. El bote donde ella iba con los secuestradores, su hijo y su marido estaba a punto de volcar. Había visto la película aproximadamente 10 veces. Sonó el teléfono.
Yo: Hola
El: Hola, ¿como estás? (me llamaba desde el celular).-
Yo: Bien.
El: ¿Que hacías?
Yo: Miraba la tele.
El: Ah, bueno, ¿que onda?, ¿hacemos algo hoy?
Yo: ¿Que? Vos no entendés nada me parece. No es así como vos creés. No podés llamarme a las 6 de la mañana después de haber desaparecido durante 5 días. Las cosas no son así, es evidente que esto no está fluyendo y no me interesa seguir.
El: ¿Pero por qué decís eso? Pará, te llamo en un rato porque voy a chocar, estoy por la autopista.
Yo: Bueno.-
Me había perdido la mejor parte donde matan al guardaparques y donde Meryl Streep va a pasar el rápido más peligroso. Suena el teléfono.
Yo: Hola.
El: Hola, ahora sí.
Yo: Bueno, no sé en qué estábamos.
El: Estábamos en que me estabas dejando.
Yo: Ah, sí claro, bueno, como te decía… esto no va así, no me interesa, bla bla bla bla.
Nunca más lo volví a ver.
Pizza y a la camucha a ver tele y a asegurarme 9 horas de sueño para ser feliz mañana.
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