Datos personales

Soy Licenciada en RRHH y después de muchos años volví a la soltería. No creo en nada pero ¿Qué hacés si una numeróloga te dice que vas e encontrar al amor siguiendo un número exacto? ¿Matás a la amiga que te la recomendó o empezas a prestar atención? De eso se trata.

lunes, 4 de abril de 2011

El banco de suplentes

El viernes no salí con Diego.  Después de ese nuevo encuentro con Hernán, mi único jugador del banco de suplentes me pareció más pata dura que nunca.  Nuevamente fui mala, nuevamente le dije "se me complica".  -Pero daaaaale!!!!! Cuándo podessss al final?????- me dijo por mensaje.  Hablamos mejor en la semana, le dije.
No me gusta.  Es clarito como el agua.  La pregunta es ¿si te patean para la otra semana o la otra, o te dicen que te llaman y no lo hacen, significa que no les gusto? ¿Por qué habría de ser diferente pare ellos que para nosotras? Uno no puede ir por la vida diciéndole a la gente: "La verdad no me gustás mucho, te tengo en el banco de suplentes y sólo te llamo si el titular se lesiona."   Entonces lo que uno hace es "patear" (para seguir con el término futbolístico) el encuentro para más adelante.
Sigue dándome vueltas en la cabeza esta cosa del deseo, la pasión y las luces de colores. Me da vueltas en la cabeza la falta de todas esas cosas. 
Cuando nos despedimos con Hernán me dijo "te llamo". -Bueno- le dije.
¿Me llama cuándo? ¿Mañana? ¿En algún momento de la vida?  ¿Cuando hable con su hermano gemelo que salió con mi hermana gemela, que en realidad somos nosotros dos haciéndonos los boludos?
Me quedé bien por verlo y mal porque en definitiva yo estoy buscanco romance.  Digo que busco amor, pero lo que quiero ahora es romance y el romance se logra con muy poco.  Quiero el romance del encuentro, la invitación, el deseo, la risa, las ganas, y que todo eso sea tan divino que me provoque nuevamente desear el encuentro, hacer la invitación, sentir deseo, reirme y tener ganas de eso otra vez.  Podría pensarse que de eso se trata el amor y en parte sí, pero no necesariamente.
Sábado a la noche, salida con las chicas al bar de siempre.  Cata, Luli y Debbie. Lleno de gente, lleno de hombres, lleno de mujeres.
Contacto visual de Luli con canoso en la barra.  Posterior contacto visual de Cata con un alto de anteojos, bastante interesante.  Contacto de Debbie con un mojito bien cargado y mi único contacto fue con un integrante de mi banco de suplentes de vidas pasadas.
-¡¡¡¡¡Qué hacés Vicky!!!!!!
-¡Hola! ¿Cómo estás?-
Lo saludé efusiva. Estaba mucho mejor de lo que me acordaba. Había adelgazado varios kilos, estaba bronceado, el pelito medio largo y una remera con mucha onda.
- ¿Que fue de tu vida tanto tiempo? Pensé que te habías casado. Bueno, eso fue lo que me dijeron.
-Casada, casada no estaba. Pero sí, era casi lo mismo.
-¿Y qué pasó?
- La vida, eso pasó.
No hay nada que me enferme más que te pregunten por qué te separaste, como si los motivos se pudieran enumerar en una frase de cuatro palabras mientras te tomás un Cuba Libre en un bar.
- ¿Y vos? ¿En qué andás tanto tiempo?
- Recién llegado. No demasiado, salvo los 5 años que estuve viviendo en Costa Rica. Me mandaron de la empresa en la que estaba, la verdad es que no la pasé muy bien al principio pero después me acostumbré. Igual extrañaba a los amigos, por momentos me sentí muy solo.
(Aplausos a la gente que te cuenta la verdad de la milanesa y no te dice que todo fue espectacular y te hace sentir horrible sobre tu vida de oficina en Buenos Aires). Ahí subió las acciones otra vez.
-Bueno, justo me estaba yendo porque tenemos que llegar a ver a un amigo que toca en una banda pero te llamo uno de estos días para salir. ¿Te copás?
- jajaja, si, me copo.
Intercambiamos teléfonos y se fue.
Mientras, Luli intercambiaba miradas lascivas con el canoso y Cata le sonreía al de anteojos que lo devolvía la sonrisa. Con Debbie decidimos despejar el área para facilitar el abordaje.
Y acá, un dato interesante de mi observación sociológica de años. Descubrí que los hombres argentinos cuando te miran, te miran con cara de "macho recio y malo". Los hombres que te miran y sonríen son extranjeros o tienen la mejor onda del mundo.  Aguante la sonrisa. La sonrisa garpa muchachos.  La sonrisa trae otra sonrisa.  El macho recio ya fue. Pasó de moda, no va más.  Ahora garpa la buena onda, la gente cool pero que tiene los pies en la tierra. (igual la excesiva buena onda parece que te exige tener la misma "buena onda", y tener buena onda parece que es no enojarse con nada).  Y a veces hay que enojarse y gritar sino parecemos todos robots con corazones de plástico y sangre de tinta china.
Y hablando de buena onda me llegó un mensaje al celular que decía: "Me encantó verte. Estás mejor que nunca. Te llamo y salimos en la semana. Marcos". 
Bueno, alto ahí.  Nunca nos olvidemos que esto es un potencial "refrito".  Aunque en verdad yo no tengo muchos refritos porque o cocino la milanesa bien para comerla o la quemo y la tengo que tirar.  Refritar  vínculos es hurgar en algo que en general se agotó. Pero Marcos fue distinto porque cada uno venía de historias complicadas y cuando estábamos empezando a pegar buena onda, el volvió con su novia.
Refritar o no refritar. That is the question.

1 comentario:

¿Te sentís identificada con lo que leés?o?

El "Hollywood" que nos arruinó la vida....

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