Datos personales

Soy Licenciada en RRHH y después de muchos años volví a la soltería. No creo en nada pero ¿Qué hacés si una numeróloga te dice que vas e encontrar al amor siguiendo un número exacto? ¿Matás a la amiga que te la recomendó o empezas a prestar atención? De eso se trata.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Sin el pan y sin la torta.

Después del rechazo, la Bestia no me habló más. Pasó varias veces por mi piso y saludó a todas menos a mí. Sólo me dirigió un gesto con la cabeza, algo así nomás.
-Lo heriste en su orgullo- me dijo Male.
-Bueno, no lo hice a propósito. No pude otra cosa.
-Ya lo sé, creo que ahora tenés que tomarte lo del Chino en serio y dejarte de joder. Ponete de novia y listo ¿Para qué dar tantas vueltas?
-Me lo tiene que proponer antes. Uno no se pone de novio así nomás. Todavía no me presentó a sus amigos.
- ¿Y eso qué tiene que ver?
- No sé, siempre salimos solos.
-Por algo se empieza, Uds. salen. Al menos salen. Bueno, o entran, no sé bien.
-Si, que se yo. Hablando de él,  todavía no me llamó. No hablamos desde ayer.
-Uhhhh....Cuánto tiempo!!!!! Desde ayer......jajajjaja, yo creo que debe haber abandonado el país el Chino. Seguro que se fue a China, jajajaja.

Pero a mí no me dio gracia lo que dijo Male. La última charla que habíamos tenido habíamos hablado de qué pasaría si todo seguía tan bien entre nosotros. Me dijo que éramos grandes ya, que nos llevábamos bien.
Después de eso yo me asusté un poco pero me dí cuenta que quería estar con él.
Pero a él no sé qué le pasó. No me había llamado y no me llamó en los tres días que siguieron.
Pensé en llamarlo pero decidí que mejor no. Mejor lo llamo mañana.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Salida de grupete

Male organizó para salir con los chicos. Con todos (la bestia incluido). Fuimos al bar de siempre. 
Parece que la bestia se había enterado que yo había estado en otra. Llegamos y después de un rato de hablar todos trivialidades alrededor de una mesa, nos dispersamos y él aprovechó para seguirme hasta la barra.
-Me dijeron que estás saliendo con alguien- me dijo de un momento para otro.
-Si, algo así, no sé en que va a terminar. Igual es hace muy poco- dije tratando de restarle importancia.
-Ah...¿Hace cuanto?- siguió interrogando.
-Hace un mes - le dije tratando de zafar del interrogatorio.
-Ah, hace nada!. No estás de novia entonces- afirmó sonriendo.
-No, no estoy de novia.
-Entonces podés salir un día conmigo, fuera de acá y fuera de toda conversación relacionada con recursos humanos.
-Bueno, eso depende- le dije tratando de salir de la situación.
-¿De qué depende?
-Y...depende si tengo algo que hacer o no- dije haciéndome la tonta.
-Bueno, yo te invito y vos me decís. ¿Qué te parece este fin de semana? Te invito a cenar.
-Eh.....mmm, no, este fin de semana no puedo-le dije rápido.
-¿Y el martes?- dijo rápido.
-Eh....el martes tengo terapia, salgo tarde...-mentí.
-Ok, algún día vas a poder?-dijo un poco ofuscado.
-Te aviso, tengo que ver- dije rápido para zafar.

Ahí me di cuenta que no podía, que no podía salir con nadie más que con el Chino. Sabía que era algo riesgoso, que parecía serio pero por otro lado incierto. Pero me gustaba.  
Fui al baño por un momento y tuve ganas de escaparme por la ventana. En ese momento recibí un mensaje de texto.
"Te extraño polluela. Sólo quería decírtelo". 
Ahi nomás me di cuenta que sólo quería estar con él. 

jueves, 11 de agosto de 2011

Non-stop

A partir de esa salida no paramos de hablarnos con el Chino.  Ni de vernos. En definitiva, no paramos de tratar de conocernos, sacarnos toda la información necesaria para decidir si realmente nos gustábamos.  Me contó lo peor de él y le conté lo peor de mí.  Tal vez así cada uno podía seguir con su historia y no había riesgo de corazón roto. Pero no hubo caso porque nos seguimos viendo.
-Te encanta- me decía Male mientras le contaba. Te digo que con esta nueva relación que tenés, a la bestia lo tenés con el corazón roto.
- La bestia puede reflotar en cualquier momento.  No te olvides que esto no va a durar- le dije mientras seguía escribiendo en mi computadora. 
-Si, pero también puede durar.  Pareciera que no hay nada que los espante.  Se ven seguido, muy seguido- me dijo Male acercándose a mi escritorio.
-Es cierto- le dije sin sacar la vista de la pantalla.  Pero puede desaparecer en cualquier momento.
-Pero no desaparece.
-Por ahora- le dije.  No te olvides que yo manejo información previa. 
-Ah, cierto! ¿Qué te dijo la amiga de tu amiga?
- Que es un solitario. Eso me dijo.
-Bueno, pero los solitarios pueden dejar de serlo en cualquier momento.
- Es cierto, pero no me interesa estar con un "solitario"- le dije y ahí sí la miré a Male, tal vez esperando que ella concluyera si mi axioma era verdadero o falso. 
-Parece que te interesa.
-Bueno, basta- le dije perdiendo la paciencia. No quiero poner expectativas en esto. 
-Bueno che....calmate un poco. Hace tiempo que no te veo así. Tendrías que descomprimir un poco.  A lo mejor salir con la bestia otra vez te hace bien.
-No sería mala idea te digo- le dije pensando por primera vez que esto podía ayudar a salvarme de este metejón.
-Pero no lo jodas igual a la pobre bestia, está enganchado con vos.
-Una cerveza nada más, una cerveza grupal. ¿Por qué no te organizás algo?
-ok, mando mail y te aviso.
El viernes salida de grupete otra vez. 

sábado, 30 de julio de 2011

Salida adolescente

Me pasaba a buscar a las 3. La última vez que salí de día con un chico tenía 15 años.
No sabía bien qué ponerme, a plena luz del día las imperfecciones se notan más. Opté por algo casual. Un jean, unas botas y una campera.
Estaba esperando abajo, yo creo que un poco nervioso.  Nos saludamos y empezamos a caminar.
Las primeras dos cuadras fueron un poco tensas, ambos tratando de parecer naturales en ese contexto extraño, de día y caminando por el barrio.
-Me gustaría ir por Recoleta-me dijo.
-¿Por Recoleta?- le pregunté extrañada (la última vez que fui por ahí fue con mi novio de los 15 y era porque no existía otro lugar por dónde pasear).
- Si, me gusta por ahí- me dijo.¿Almorzaste?-
-No- le dije.
-Qué bien porque yo tampoco- me dijo.
Nos tomamos un taxi y fuimos al "Museo Evita". Comimos unos ricos creppes y charlamos sin parar. Básicamente nos contamos un poco de nuestras vidas, sabíamos muy poco el uno del otro.
-¿Tenés ganas de ver si hay algo en el Malba?-me preguntó.
-Dale.
Y así fuimos al Malba y vimos un documental medio bizarro. Mientras esperábamos que se hiciera la hora fuimos a dar vueltas por el shopping (eso lo hacía cuando tenía 13 años).
Después del Malba me dijo: ¿Tenés ganas de cenar conmigo?
Y así estuvimos juntos hasta el día siguiente.
Me gusta y me da miedo al  mismo tiempo. No podría resistir que me rompan el corazón otra vez aunque pienso que es inevitable vivirla para contarla.  ¿No creen?

viernes, 15 de julio de 2011

No me gusta, no me gusta. Me gusta.

-Clara hace una reunión en su casa hoy después de comer, tragos, música y diversión- me dijo Cata emocionada a la semana siguiente.- Te pido que vengas por favor.
-Ni en pedo Cata, estoy destruida, me siento mal, me duele la panza. Además no dormí nada anoche. Te acordás que salimos o vos te dormiste una siestita reparadora?- le dije ya fastidiosa.
- Va a estar el Chino seguro- me dijo para tentarme.
-Y?, te dije que no me gusta- le contesté firme.
-Dale, por favor! Vení!!!! Va a estar todo el grupo de amigos del marido de Clara. Si no tengo que ir sola. No tengo a nadie para que me acompañe. Hagamos una cosa,  cambiate ya, sacáte la ropa del laburo, mandáte unos jeans y te paso a buscar con el auto en 15.
-Pero te juro que me siento mal-le dije casi en un hilo de voz.
-Ya te vas a sentir mejor, te veo en 15- me dijo y me cortó.
Me cambié a regañadientes. Me puse un jean botas altas y una remera de de algodón con un detalle de lentejuelas.
Llegamos a lo de Clara y estaban todos. El Chino también.  Me sorprendió. Estaba afeitado y sobrio.  Inmediatamente nos pusimos a conversar.
-Al final me fuí solo a "Holiday on Ice"- me dijo.
-¿Sólo?- le pregunté dubitativa.
-Si, te invité a vos y no aceptaste entonces tuve que invitar a mis tres ahijadas.  Ninguna pudo, todas por un motivo distinto así que me fui solo.
-¿Por qué no me llamaste?- le pregunté como si nada.
- Que se yo, me pareció que no hubo onda el otro día.
-Si, es cierto, no hubo mucha onda, vos estabas para atrás.
-Es cierto, yo estaba mal. Igual lo pasé re bien, pero vos no me diste bola en toda la noche.
Así empezamos a hablar. Y a bailar.  La conversación fluyó naturalmente y a medida que avanzaba la noche cada vez me gustaba más.
-¿Qué vamos a hacer con esto?- me dijo de pronto en el medio del living mientras bailábamos.
-¿Con qué?- le pregunté.
-Con nosotros. Me gustás. Me gustaría salir con vos algún día, pero de día. No de noche.
-Cuando quieras- le dije.
-¿Qué tenés en la remera con lentejuelas?¿Una flor?- me preguntó.
-No creo-dije.  Me voy a fijar.
Di la vuelta por el pasillo, buscando el espejo del baño. El me siguió. Me miré en el espejo del baño y le dije que eso no era una flor.  El me miró y me besó. Ahí en el baño. Así nomás. Descarada y desvergonzadamente. Yo le correspondí y me gustó.
-Te llevo a tu casa- me dijo después de un rato de arrumacos en el sillón.
-No, te agradezco- le dije nerviosa.
-Te quiero llevar, me tomo un taxi con vos a tu casa.
Y así fue que me dijo que nos viéramos ese mismo fin de semana.
Me dejó en mi casa y después me mandó un mensaje de texto que decía:
-Vicky, sale domingazo? Te paso a buscar tipo 3.

Me gusta, me gusta, me gusta.........

lunes, 20 de junio de 2011

Qué fantástica esta fiesta......

Estaba lista. Nerviosa.  La casa preparada para el descontrol. Miles de pensamientos me atormentaban y se sucedían unos tras otros en la cabeza.  Los detalles eran la clave del éxito (el limón, el rolito, la música, las velas).
La consigna era venir con sombrero. Había invitado a todos mis amigos y amigas.  A todos les dije que podían venir con quiénes quisieran.  A ellos, les dije a todos.  Le dije a la Bestia y a todo el grupo del trabajo.  Después de esa salida genial, no me animé con la bestia.  No me animé a pudrir las cosas en el trabajo.  Ya había tenido una experiencia así y tengo bien en claro que la experiencia no termina por ser buena.
Luli y Cata vinieron antes.  El resto de los amigos íntimos también. Cenamos y charlamos, empezamos a beber y a prepararnos para el cachengue.
Esa fiesta era importante.  Ese cumpleaños significaba mucho más que una simple fiesta.  Era mi primer cumpleaños luego de la separación, la primera fiesta sola, la primera organización sola.  Tenía que salir bien.
Las confirmaciones habían sido erráticas. Algunos mails que decían "voy".  Otros que ni siquiera lo contestaron.
El timbre empezó a sonar y no paró de sonar en toda la noche.  La gente empezó a venir, muchos con alcohol en mano y divertidos con sus sombreros.  Yo estaba ansiosa con mi minifalda y mi chambergo puesto.  "Tonight´s gonna a be a good night" pensaba mientras el mismo tema sonaba en el ipod a todo volumen.
Todo mi stress de anfitriona desapareció. Me relajé ante la idea de "casa tomada" y dejé que cada cual explorara los recovemos de la casa.  La gente se organizó para convertir palos de amasar en morteros y hacer exquisitas caipiroskas, también daikiris y otros tragos.  Mi cocina era la barra, el living era la pista y mientras, yo, hablaba con uno, con otro y con el de más allá. Eran varios y todos ahi.
-Se te van a chocar los trenes nena!- me dijo Luli por lo bajo.
-Me chupa un hue - le dije mientras me reía. Y la risa no cesó en toda la noche.
Y de pronto llegó él. Sólo. Con una botella de vodka en la mano. El chino. El famoso. El de alcoyana-alcoyana/capri-capri.
Con una camisa cuadriculada estaba más lindo de lo que lo recordaba.  Y me habló algo, de la manera que pudo, en algunos instantes.  Yo estaba rodeada, tratando de prestarle atención a todos y por supuesto no le presté atención a nada.  Y bailé con uno y con otro y fui el centro de la noche.
La fiesta fue un éxito, 50 personas al mismo tiempo bailando en el living. Todos hablando con todos.
El chino me robó el sombrero.
-Prestámelo por un rato-me dijo.
-Te lo presto- le dije.
Cuando se estaba yendo, advertí que se llevaba mi sombrero.
-El sombrero-le dije ya cansada y un poco tomada.
-Ah, cierto, el sombrero- me dijo.
Se lo sacó y lo dejó en la silla de la habitación.
-En realidad me lo quería llevar, era la excusa para volver a traerlo- me dijo.
-Lástima, tendrás que buscar otra, el sombrero me lo quedo yo- le contesté casi arrepintiendome sobre el final.
-Parece que sí- dijo. Vamos a ver si la encuentro.
Me pareció un pésimo comentario y quedé herida en mi orgullo.  Pero me gustó. Mucho.
-Chau Vicky, muy buena la fiesta- me dijo. Y me deslizó un beso en el cachete.
Sobre el final se quedaron mis amigos los músicos, zapando en la cocina.  Los eché a patadas a todos a las 8 de la mañana.
Me fui a dormir cansada, mirando el desastre en el que se había convertido mi casa.  No me importó. Me saqué la pollera, me lavé los dientes y me deslicé entre las sábanas frescas con un leve dolor de cabeza martillándome el cráneo.
-Salió bien Vicky- pensé para mis adentros.- Esto estuvo muy bien.
Y sentí que a pesar de la adversidad y la bronca y la desilusión, se puede volver a asfaltar el camino y andarlo.  Y eso no es poca cosa.
-Qué buena que estuvo la fiesta- me decía la gente luego de verme y en comentarios por mail.
Puede ser que a todos les haya parecido una "buena" fiesta.  Para mí fue sencillamente "fantástica".

martes, 14 de junio de 2011

Preparativos

Después de pasar un tiempo sintiendo que el pasto claramente era más verde en la casa del vecino, empezó a moverse el avispero.
Amiga en común quiere organizar evento para que me reencuentre con el "Chino". Ese que una vez vi por la calle con una amiga y él preguntó por mí y yo pregunté por él. Alcoyana Alcoyana Capri Capri.  
Por mi parte en breve cumplo años y quiero organizar una fiesta.  Ahí, invitaré a todos.  A todos esos que pulularon por los capítulos de este blog. Sí a todos. Y no me importa nada, "choque de trenes", "juntada de ganado". 
Invito a todos, incluso al Chino. Observaré borracha la performance de cada uno y me quedaré con el más apto (le miraré la dentadura y el cutis y observaré quién es genéticamente más resistente y sano para procrear). Mentira.  Los observaré escondida detrás de mi personaje de "cumpleañera" y disfrutaré a los que vayan, sabiendo que lo hicieron por mí.  Eso espero, bueno, creo, más vale. Sino, me retiro y me voy a cocinar con la Hermana Bernarda. 
Empiezo por la lista de bebidas (alcohólicas, las gaseosas ya se saben):
- Fernet
-Vodka
-Gin
-Ron
-Campari
-Vino
-Cerveza
-Whisky
-Cashaza (o como se escriba)
Ahí va bien. La otra lista la pienso mañana.

Encuentro twittero (ahora desde la perspectiva masculina)

El de remera negra le escribió a Luli para hacerle una devolución del encuentro. Desde que se encontró con él ese día quedó callada, desde que leyó lo que les voy a compartir casi no pronunció palabra. No tiene nada para decir, desde ese día, ya no dice nada. 

Perspectiva masculina

Pensé que podía pasar, desestimé la idea por descabellada. Durante semanas nos leímos, nos hablamos, nos gustamos. 
Las cosas siempre estuvieron dotadas de un aire fantasioso, el cual me protegía (sólo a mi, lo reconozco), relegando la situación exclusivamente al plano virtual. Plano que, por momentos, osaba competir con el mundo real y le hacía fuerza. Tanta que, les cuento, quise salir corriendo por un tirante cual rata para no pensar en los por que. Pero mi naturaleza no es la del roedor sino felina y, como el gato, soy muy curioso. Se conoce el triste final del bigotudo y no lo voy a repetir porque se me pone la piel de gallina.
Tan animalada viene la historia como ocurrió, porque con el pasar de las charlas, éstas perdieron el eje intelectual y encontraron mucho más. Los días se sucedían unos tras otros, con muchas cosas que cambiaban a ritmos vertiginosos y una que no mostraba alteración alguna. Luli se fue apoderando de gran parte de mis pensamientos, y aún no la conocía. 
Muchas veces nos revelábamos las ganas de vernos, también nos poníamos excusas uno al otro. En realidad, no creí que sucedería. 
Sucedió, y fue así.
Era tarde ya, día largo en el trabajo, de esos donde el trabajo abunda y las ganas escasean. El ánimo se coló por una grieta en la sonrisa y quedó derramado en el piso para que los clientes presurosos lo pisotearan hasta el cansancio. Varias veces había imaginado que vendría a verme, aunque sea solo a saludar, a decirme: "Hola, cómo estás?. 
Ese día también lo imaginé, pero ya se desdibujaba la idea. Y de repente, sentí la fuerza de una mirada esquiva que insistentemente se posaba en mi. Cauto, escudriñé la situación todavía con la mirada baja y perdida. Dí paso a un compañero y analicé desde lejos lo que estaba ocurriendo, fue entonces cuando la vi. 
No necesité más que verla, y aún antes, ya me sentía arrastrado hacia ella. Como un marinero por el canto de las sirenas, que aún sabiendo que ocultan un gran peligro, no puede resistirse a sus encantos. Ya a la deriva en medio del remolino que generaba a su alrededor, me dirigí a su encuentro haciendo uso de todos mis recursos para gustarle.  Ella en eso me llevaba la delantera, me tenía obnubilado desde que entró. 
Tras un guiño de ojo, mi compañero me cedió el paso comprendiendo la determinación en mi rostro. 
- Hola, como están? Las puedo ayudar en algo? - fueron mis primeras palabras.
- Hola - repitieron ellas en coro.
- Una cartera - dijo su amiga.
- Si, una cartera - repitió Luli-
Su amiga se alejó, mirando disimuladamente. Y entonces comenzó una escena que se sigue repitiendo incansablemente en mi cabeza. Ella, yo, nada más. Tan simple como eso, nada más. En cuanto nos vimos, entendimos, no hay nada para decir. 
Yo no pude decirle cómo saltaba en mi pecho el corazón, como se derretían mis manos por tocarla; como mi boca se negaba a decir las sandeces que mi razón obligaba, sabiendo que estaba para cosas mucho más importantes. Pero no pude, una lástima. Así como no pude borrar el recuerdo, lastima. 
Poco supe como actuar, pero tenía que hacerlo. Menos sabré lidiar con las consecuencias que generó en mi el encuentro, pero tendré que hacerlo.

martes, 7 de junio de 2011

Encuentro twittero

Luli se decidió a ir a verlo y por supuesto yo la acompañé.
Manejamos hasta el local ubicado en una conocida avenida de la Ciudad de Buenos Aires. No quedaba cerca.
Mientras íbamos en el auto Luli estaba bastante risueña hablando de cualquier cosa. Seguía contenta mientras estacionábamos y nos bajábamos. Empezamos a caminar en dirección al local y ahí empezó a freakear.
-No sé si me animo- me dijo.
-¿Me estás jodiendo?- le dije indignada. ¿Viajamos hasta acá y me decís que no querés entrar?
-Si quiero entrar pero no sé si me animo.
-¿El sabe que venías?-le pregunté para ampliar información.
-No, ni se lo imagina. Le dije que tenía ganas pero nunca le dije cuándo ni cómo.
-¿Pensás que le va a caer mal que vengas de sorpresa?- indagué.
-No, creo que le va a gustar.
Pasamos por la puerta y pispeamos adentro del local. En verdad pispeé yo porque Luli miró y dio vuelta rápido la cara.
-Es él-me dijo rápido y por lo bajo.- El de la remera negra.
-Es bastante lindo- le dije.
-¿Si? Te juro que ni lo vi.
-Bueno, te confirmo. Es lindo. ¿Y pensás que te va a reconocer?-pregunté.
-Si, vio fotos, estoy segura que me va a reconocer.
-¡Qué lástima!- le dije.- Hubiera estado genial entrar de incógnito y que él no supiera.
-Bueno, entremos- me dijo. ¿Estoy bien?
-Si, estás divina.
Entramos al local. Yo con mi excusa de buscar una cartera me fui para el fondo.  Luli me siguió con la cabeza gacha.
El nos miró y no dejó de mirar a Luli en todo el camino que hizo hasta el final del negocio.
De pronto apareció y nos preguntó si necesitábamos algo y si nos podía ayudar.
-Una cartera- dije.
-Si, una cartera- repitió Luli.
No recuerdo muy bien lo que pasó, no escuché demasiado. Quise dejarlos solos porque entendí que ese momento era de ellos.
Los observé de lejos. Se reían, ella estaba colorada. El la miraba sin poder creer que fuera ella, que estuviera ahí y que además fuera más linda de lo que había creído. Sin poder creer poder verla al fin en movimiento, riéndose, riéndose de lo que él le decía, como tantas veces había imaginado cuando hablaban por teléfono.
Si hubiera tenido que ponerle guión a ese encuentro hubiera dicho lo siguiente:
El: Me encanta que estés acá, no puedo creer ver cómo se mueve tu boca cuando hablás, conocer cómo parpadean tus ojos, como son tus dientes y los gestos que hacés con las manos cuando estás nerviosa.
Ella: Si, estoy nerviosa, muy nerviosa. Me siento una nena de quince años hablando con el chico que le gusta. Esto es muy raro para mí.
El: Para mí también pero me encanta que hayas venido. Pensé muchas veces en cómo sería este momento pero no lograba imaginar qué ocurriría con exactitud. Ahora sé que no hubiera podido ser nada distinto de lo que es ahora.
Ella: Ahora que te conozco me gustás más todavía. Ahora que te conozco más lamento que tengas novia.
El: Ahora que te conozco lamento tener novia. Ahora que te conozco no sé si voy a poder dormir las noches subsiguientes o concentrarme en las cosas que tenga que hacer.  Ahora que te conozco no sé si vas a salirte de mis sueños cuando yo quiera.  Ahora que te conozco no sé si voy a poder dejar de escribir sobre vos.
Ella: Sos más lindo aún de lo que había imaginado.
El: Vos también. Sos muy linda.
Ella: Me tengo que ir.
El: Ojalá no fuera así.
Ella: Pero lo es.  Volveremos a nuestra vida en twitter. Este instante de vida real se termina acá y probablemente no se repita.  A menos que vos quieras, pero entiendo que no podés.
El: Es así. Quiero pero no puedo.

Se despidieron. A él le quedó su olor en el cuello. Su dulzura y acidez pegadas a la piel.
La hora que le quedó hasta el cierre del local le pareció una eternidad.  Imaginó que salía y ella lo estaba esperando, y le decía que fueran a tomar algo por ahí. Imaginó mil cosas de ahi en adelante. Un encuentro con velas, vino tinto, charla y cigarrillos.

No sé más detalles de esa conversación.  No pregunté mucho. Luli volvió callada en el auto.
-¿Y?- ¿Qué tenés para decir?- le pregunté.
-Que es divino. Es divino. Nada más, es divino. Y que aunque tenga novia, me encantó conocerlo.
-Si, tenés razón. Es divino.  Una lástima.
Seguimos en silencio el resto del camino, imaginando cada una todas esas vidas que jamás viviremos.

miércoles, 1 de junio de 2011

Amor en Twitter

Estas cosas empiezan de forma rara. Entre los cientos de personas que uno sigue en Twitter, por algún motivo hay algunos que te llaman la atención.  En principio pareciera que no hay fines románticos en todo esto y todo se redujera a un mero intercambio de opiniones sobre temas tan insignificantes como divertidos. Sin embargo siempre hay lugar para la fantasía y para ese "curiosear" y descubrir e imaginar lo que hay detrás de esas palabras, de ese avatar que muchas veces es confuso e insinuante.
Así fue que él se interesó en ella.  Así nomás. No le importó nada, ni siquiera le importó el hecho de no conocerla.  Se conformó con hacerle compañía en las noches que ella tenía guardia en el hospital. Siempre tuvo una palabra de consuelo para darle cuando ella comenzaba a penar por algún motivo.  Ella se dejó mimar y se sintió acompañada por él en esas noches en donde todo parecía convertirse en una pesadilla.  El siempre estuvo ahí en la pantalla, detrás de esas letras que sólo expresaban palabras de amor y deseos profundos de conocerla.  Ella se reía, le encantaba, pero no se animaba.
 En alguna habitación de las muchas casas o edificios del barrio de Boedo él soñaba con que ella aceptara su invitación a tomar un café. Soñaba con verle los ojos. Con olerla. Soñaba con poder al fin conocer el color y textura de su pelo. Soñaba con las muecas de su boca y la destreza de sus manos.  Esas manos que seguramente reconfortaban a los necesitados en momentos de adversidad.
El soñaba con pasarla a buscar, plantarse un día en la puerta del hospital y esperarla. Y abrazarla para que ella se sintiera mimada después de una noche agotadora de trajín.
Ella se sintió tentada pero no se animaba.  Su cabeza iba a diez mil revoluciones por minuto y culpaba al tiempo, al clima, a las distancias.  Porque no se animaba a culpar al miedo que la paralizaba.
Él sólo esperaba.
Y pudo pasar que se vieran.  Pero ella dijo que no. Dijo que era complicada y que seguramente eso no conduciría a nada.
Y pudo pasar que algún día, tal vez en el hospital, de casualidad, sus miradas se cruzaran.  Y cada uno vibrara al ver al otro. Pudo pasar que miles de mariposas se desplegaran en un desfile monumental por sus estómagos.
Pudo pasar que ella lo tocara, mientras le hablaba. Pudo pasar que él sintiera sus manos tibias y su olor debajo de su uniforme.
Pudo pasar todo eso y lo dejaron pasar.

Dedicado a Lucas y Victoria.

domingo, 29 de mayo de 2011

Características de amante

Me junté a almorzar con Luli por Palermo y luego fuimos a mirar ropa por ahí.
-Ayer me llamó el twittero- me dijo al pasar.
-Ah, bien! Entonces lo vas a ir a ver. ¿no?
-No, me llamó y nos despedimos- me dijo con cara triste.
-¿Pero cómo pasó eso?- le dije sin entender bien qué había pasado de un día para el otro.
-Bueno, yo noté cierta distancia a raiz de una conversación que tuvimos. Le pregunté si eso era una distancia y me dijo que no. Pero yo intuyo más allá de las palabras. Entonces le dije si por favor me podía decir cuáles eran sus pensamientos así me fijaba si le seguía escribiendo o no. Y ahí me llamó-
-Ahá. ¿Y?- le dije intrigada.
-Me dijo que no podía contestar a esa pregunta porque tenía un conflicto de intereses. Porque eran dos cosas que le gustaban. Me dijo que no podía expresar bien lo que quería decir.  Le dije que estaba segura que podía, que dijera las cosas crudas.  Y me dijo que no quería arruinar las cosas con sus novia y que estaba a punto de arruinarlas.
-¿Por? ¿En qué sentido?-le pregunté sin entender bien.
-Paranoia calculo. Me dijo que si algo de esto saltaba se pudría todo. Las conversaciones telefónicas, el chat, el twitter, etc. Le pregunté si ya había tenido algún problema por esto mismo y me dijo que no.
-¿Entonces?- le pregunté esperando algo más de ese relato.
-Entonces le dije que me parecía bien que no arruinara las cosas y le dije "chau".
-¿Así de fácil? ¿Así como si nada? No entiendo. Vienen hablando hace semanas por teléfono incluso te contó toda su situación laboral y resulta que ¿ahora no van a hablar nunca más?- le dije medio indignada.
-Así parece.  Me dijo que aunque no lo fuera "tenía características de amante"-
-Claro. Porque no le podía contar a la novia que te tenía metida en la cabeza todo el tiempo. 
-Parece.  Le dije que estas cosas pasan cuando algo no está bien.  Sin querer meter púa pero lo dije desde mi experiencia.  Las veces que me confundí con alguien más en general tenía que ver con algo que no obtenía de mi pareja. Lo podés atribuir la mística que quieras pero la verdad es esa.  Es algo para reflexionar, nada más, una alerta.  En mi caso fueron alertas que con el tiempo se confirmaron, pero bueno, esa soy yo.-me dijo.
-Si, coincido en parte- agregué.
-Se asustó me parece. Y está bien porque pienso que nos podíamos haber enganchado. Igual vale la frase de Kevin "hay gente que no debería involucrarse en cosas que luego no puede manejar".
-Si, pero tal vez no sabía que no lo iba a poder manejar- le dije para defenderlo un poco al pibe.
-Tal vez, no sé. Tal vez hace esto todo el tiempo y va hasta el final y ahí arruga cuando no lo puede sostener.  Algo así me dijo una vez por chat, juega con el límite. Y por eso pienso que no es la primera vez que hace algo así aunque haya dicho que sí.  Pero resulta muy frustrante para el otro.
-No me quedaría con las ganas- le dije.
-¿Ganas de qué?- me preguntó.
-De conocerlo. De ir a verlo. De ir a comprar al local y saludarlo o no. 
-Si, después de esto no sé si da para saludarlo.  No me escribe más, ni siquiera una mención en el twitt, de nada.
-Bueno, a lo mejor quiere cortar todo vínculo -le dije.
-Si, es claro que quiere eso por eso no sé si da para saludarlo cuando lo vea.  Sería como reiniciarlo por unos minutos. 
-Yo iría- le dije decidida.
-Puede ser. Me voy a tomar mi tiempo para pensarlo y cuando esté ahí, haré lo que me surja.

Hacer lo que a uno le surge no sé si está bueno todo el tiempo.  Uno debe respetarse, respetar sus tiempos, emociones, ganas.  Sin embargo hay algo muy egoísta en moverse solamente como a uno le surge porque en eso se pierda de vista al otro. Ese otro (cualquiera sea) que nos devuelve la mirada como en un espejo. Ese otro que tiene sensibilidades, tiempos, ganas y emociones. 
Igual esto es lo que pasa hoy.  Ojalá hubiera mucha más gente que pensara como yo. 

viernes, 27 de mayo de 2011

Pseudo vínculos twitteros

Después de la ruptura de hechizos varios parece que la lluvia de estrellas se apoderó de Luli. Y el vínculo con su tuitero resucitó otra vez. Alguien me habló alguna vez de los altos y bajos de las pasiones.  Parece que esto sube y baja constantemente.  No sé si estoy de acuerdo en que es un sube y baja como el juego de la plaza.  En mi caso es más bien una hamaca que se balancea a un ritmo constante y confortable, con momentos de emoción y éxtasis y gritos y risas.  Después queda quieta y después se vuelve a balancear.
Lo más cómico de esta historia de Luli es que ni siquiera se conocen y pareciera que ya saben algunas sino varias cosas de la vida del otro. Se han fastidiado el uno con el otro y han tenido hasta alguna que otra diferencia.  Sin embargo parecía (al menos hasta hace un par de días) que el único y real anhelo era conocerse.   La pregunta del millón es: ¿Para qué?
Hay una canción de Kevin Johansen que dice: "Hay gente que no debería involucrarse en cosas que luego no puede manejar".
Y calculo que es lo que Luli se plantea con esto.  En todo momento la historia me pareció divertida y la alenté a conocerlo.
Algo que pensé que podría funcionar bien es un encuentro casual. Pasar por el local donde él trabaja y pedirle que la ayude a elegir un regalo. Decirle que es ella, la misma con la que estuvo fantaseando este tiempo.  O no decirle nada y reservarse la satisfacción de ser mosca y observarlo.  
Luli me llamó el Martes. ¿Me llevás con el auto mañana a conocer al tuitero?-me preguntó.
¿Estás segura de ir mañana?- le pregunté.
-Creo que sí- me dijo.
Me llamó al rato.
-No vamos nada mejor-
-¿Pero no es que te gusta?
-Si, un montón. Por eso.  Sé que tiene novia pero no tengo ganas de que me lo refriegue todo el tiempo por la cara.
-¿Decís que es un histérico?-le pregunté casi imaginando la respuesta.
-Mmm, no lo tengo claro.  Hay algún juego raro que tiene que no le termino de seguir.  Parece que se anima pero no se anima.  Me llama, me habla, me pregunta como estoy.  Después desaparece o se maneja de una manera distante.
-¿No le estarás dando demasiada bola a esta relación inexistente?-le pregunté indignada.
-Si, puede ser. Pero hay algo irresistible en mantener el contacto con él- me respondió.
-¿Pero lo viste en fotos al menos?-le pregunté abriendo aún más los ojos después de su respuesta.
-Si, pero igual no me importa.  Puede ser que no sea lo que parece en las fotos.  O tenga una mueca o gesto extraño que no me guste.  Más allá de eso sabés como soy yo, veo primero el alma de la gente.
-¿El alma de la gente?- le dije riendo a carcajadas.
-¿O no?- me preguntó seria.
-No- le respondí. Te gusta porque es pura fantasía, porque tiene la adrenalina de lo desconocido.
- No, me gusta porque yo vi algo en este pibe, te lo digo en serio-me dijo.
-¿Viste algo? Ja ja ja. ¡¡¡¡Si no lo viste!!! Bueno, como quieras- le respondí.
- Es que ya no quiero. No le encuentro el sentido ni la magia. No quiero desear cosas que no puedo tener, no es sano- me respondió.
-Estoy de acuerdo- le dije- Antes que nada preservate. Entonces no vamos al local ¿no?- pregunté ya sin saber la respuesta.
- No sé- me respondió pensativa.
-¿Pero el pibe quiere conocerte?- le dije tratando de agregar practicidad a la situación.
-No lo tengo muy claro. Creo que prefiere quedarse con la fantasía intacta. Pero no sé. A veces pienso que sí y a veces que no. Es divino.  No te das una idea-me respondió.
-Si, me doy una idea. Para estar elucubrando todo esto sobre alguien que ni conocés, claro que me doy una idea-le respondí.
-¿Vamos o no mañana?- insistí.-Tengo que laburar y organizar mi fin de semana.
-Después te contesto- me dijo pensativa.
-Hoy sopa y a la cama ¿no?
-Si, sopa de letras que arman frases que se me meten en los sueños y se me esparcen por el cuerpo como una droga. Frases que se suben a mi paladar y me hacen degustar las delicias de las palabras en su perfecta combinación.  Frases que leo y me desarman, me hacen reir, me confunden, me emocionan y decepcionan a la vez.
-Dejá de fumar cosas raras- le dije.
-No puedo. Estoy embriagada de estrellas-me respondió- Tal vez tengo que ir y terminar de una vez con ésto- me dijo decidida.
-Terminarlo o empezarlo -dije sin vacilar. -Who knows?

miércoles, 25 de mayo de 2011

¿Las bellas y las bestias?

Estuve esquivando a Franco toda la semana como si realmente fuera una bestia.  Pero de esas bestias malas y feas que pueden hacerte mucho daño.  Calculo que en algún punto pienso que es así y aunque tengo una atracción irrefrenable hacia el peligroso fuego no quiero repetir errores del pasado.
Durante toda la semana me escribió mails y me llamó por teléfono para ver cómo estaba. Y yo, cortés como siempre, se los respondí amablemente.
Trabajamos juntos.  Cualquiera diría: "Pero qué te importa".  Pero a mí me importa eso y mucho.  Durante toda la semana observé sus movimientos.  Las chicas siguen coqueteándole, sin embargo él no devuelve tanta coquetería ahora.  Me doy cuenta de eso.  No sé bien si es por la charla que tuvimos, porque sabe que lo estoy observando o simplemente porque le gusto un poco más que para estar una noche y no quiere dar una mala imagen.   Básicamente se comporta como si estuviéramos juntos pero claramente no lo estamos.
Cualquiera se lanzaría al vacío pero yo no.  A mí me importa lo que piensen en la oficina, me importa si la cosa no va, me importa si me engancho o si él se engancha y el trabajo que tengo me gusta y no me gustaría sufrir por seguir acá.  Es que cuando me mando realmente voy a fondo y Franco parece alguien para ir a fondo.
Por lo pronto voy a seguir pululando.
-Me cansé de esperar que los pibes me inviten a salir.  Si no me contacta lo voy a contactar yo- me dijo Cata decidida.
Hacía una semana habíamos ido a ver una obra de teatro de un amigo.  A la salida, un amigo de nuestro amigo se puso a charlar con nosotras.  Había pegado mucha onda con Cata y parecía que ahí nomás la iba a invitar a salir pero no lo hizo.
Cata lo contactó por facebook y le dijo que iba a estar con unas amigas tomando algo (Ana y yo). El le dijo que iba a ir a verla al bar.
Nos sentamos las tres en una mesa redonda con nuestra caiporoskas a escuchar jazz.
-¿Vendrá?- preguntó Ana.
-Mmm, no sé-dije incrédula.
-Yo creo que viene- dijo Cata que dice que tiene (y tiene) virtudes de pitonisa.
Pasada media hora Enrico estaba entrando en el bar y se sentó con nosotras.
(1000 puntos para Enrico que cayó solo al bar sin saber con cuántas amigas estaba Cata y se bancó la que fuera).
Charlamos y nos reimos, le preguntamos de su vida y lo sometimos a un tremendo interrogatorio.  A medida que avanzaba la charla y hablaba de él yo sabía que a Cata le gustaba.  Cata se tocaba el pelo y se reía. Con Ana nos fuimos a fumar al patio.
Ahí nomás me llega un mensaje que dice: Hermosa, Holliday on ice, hermosa.
What the fuck????? Número desconocido para mí.
-Quién sos? - dije inmediatamente.
Del otro lado contestan: Mmmm, warrior!
No te conozco- le dije.
En ese Ana me dice: A ver cuál es el número?
Buscó entre sus contactos.
-Es el chino-me dijo casi en un grito.
El chino es ese amigo de la amiga de Cata (o sea Ana) que cuando nos vimos una vez por la calle los dos preguntamos por el otro.  Exactamente ese.
Luego me escribe:- Soy el Chino, dónde estás?
Le pasé el nombre del bar.
Se levantaron apuestas en la mesa para ver si venía o no venía.  Yo no me acordaba mucho cómo era pero me parecía divertido verlo.
Pasada media hora (justo a la hora que Cata había dicho) apareció el Chino, totalmente mamado escuchando música en unos auriculares que eran más grandes que su cabeza.
No era el espectáculo que esperaba ver pero igual me pareció divertida la situación.
Terminamos todos jugando al pool en un lugar de mala muerte con luces de colores y sillas floreadas regenteado por una familia china. "El Chino en el pool de chinos".
Nos divertimos como locos.
Cuando nos despedimos el Chino me abrazó y me dijo: Nos vemos cuando quieras.
Y así fue que a las 6 de la mañana volví a mi casa.
Enrico le dijo a Cata que la iba a llamar para invitarla a salir.
¿Será que algo de eso va a pasar?
To be continued.......

domingo, 22 de mayo de 2011

La antiromántica

Me resulta un poco contradictorio que sin creer en la forma pura del amor sigo pensando en encontrar a ese compañero para la vida, ese amigo con derecho a mucho más.
Mi mirada sobre la vida es por definición cínica y ácida.  Calculo que un día me di cuenta que somos nada más y nada menos que un manojo de seres humanos puestos en algún sector de este planeta, en algún determinado momento.  Todo es azaroso, todo es fortuito y todo es timing. Y cuando repito que "Timing is everything" es porque realmente lo creo.
Esta es la mirada antiromántica de la vida en la que el amor es un suceso fortuito entre dos personas que se encuentran en determinado momento y que ese encuentro es posible no porque uno sea el amor de la vida de cada uno, sino porque cada uno trae una historia detrás.  Una historia que ya ha procesado algunas desilusiones y experiencias varias y tiene abierto el corazón para compartir ese amor que todos tenemos para dar (una vez más) con algún otro, en ese preciso momento y no en otro.
No estoy segura que la capacidad de amor quede intacta a lo largo de nuestra vida.  Creo que es algo así como una pequeña botella cuyo líquido se vierte a chorros.  Los primeros años estamos desesperados por vaciarla, se nos va la vida en ese amor de la adolescencia o en ese noviazgo de los primeros años.  Después es diferente, después es menos efusivo, o al menos, pensamos mucho antes de verter algo de esa botella.  Calculo que con el tiempo la calidad del amor es otra,. Algo así como esas gotas del resto de la botella, añejadas con el paso del tiempo, sabias y generosas.  Tal vez alguno haya visto la película Elsa y Fred.
Tal vez, sólo tal vez, existan esos pocos afortunados que se sigan amando con el tiempo, teniendo un enamoramiento genuino por el otro, encontrando cosas que los emocionan aún, que los hacen reir a carcajadas, a pesar del tiempo y la costumbre y los hijos y todo lo demás.
Tal vez existe eso.....

sábado, 21 de mayo de 2011

Ruptura de hechizos

Mi ex fotógrafo me escribió preguntándome si dormía.  Era tarde ya cuando vi el mensaje y no le contesté.  Por un extraño motivo le contesté a la mañana siguiente diciéndole que no dormía (últimamente no duermo a causa de un insomnio que me tomó por rehén) y le pregunté si se había casado.   No sé por qué lo hice. Calculo que porque se comportó como alguien comprometido.  Me llamó por teléfono enseguida y me contestó que sí. Que me pedía disculpas por no habérmelo dicho antes pero que era casado (convivía) y que estaba mal con la pareja (esto lo escuché mil veces) pero que yo le había gustado (esto último lo escuché mil veces y una más también).
-Qué nabo sos- le dije.
-Ya lo sé- me contestó- No sé qué decirte, pero si te decía la verdad te ibas a ir corriendo- me dijo.
-Tal vez no- le contesté. Ahora no lo vas a saber porque se me fue la emoción, se rompió el hechizo- le dije.
-Qué lástima, yo aún quiero ir a tomarme una cerveza con vos- insistió.
-Yo ya no- le respondí con total buena onda - Que la vida nos vuelva a cruzar si así tiene que ser.
Y así fue que cortamos el teléfono.
Por otra parte parece que los hechizos siguen rompiéndose por ahí.  Será que la emoción dura poco.
Mi amiga Luli conoció a alguien en Twitter.  Ella escribía alguna que otra cosa y empezó este tuitero a decirle que le gustaba lo que escribía. Empezaron así a escribirse. Mensaje va, mensaje viene. El tiene novia pero a ella no le importó. Se convirtió en una droga, algo imposible de frenar, todos los días se escribían y querían saber el uno del otro.  Ambos con pseudónimos tuiteros trataban de saber más de la vida del otro, de imaginarse, de descubrirse.  Y así se fueron enganchando. Esperaban todos los días para mensajearse y decirse cosas.  Una noche, ansiosos y curiosos por continuar profundizando el encuentro decidieron hablar por teléfono.  Se conocieron las voces, la forma de hablar y se siguieron gustando.  Parecía que no quedaba demasiado resto para la fantasía y aunque de difícil decisión, quisieron pasar a los hechos, o al menos lo pensaron.   Se seguían escribiendo, él escribía cosas lindísimas y ella disfrutaba de su prosa y su fantasía. Una noche chateando fantasearon con un vino, un cigarrillo y una lluvia de estrellas.  Y esa noche que pensaron o fantasearon con verse, ella quiso saber más.  El era una persona comprometida, ella no.  Quiso saber qué le atraía de ella, por qué quería conocerla y en algún punto pensó que tal vez la fantasía no era con ella sino por la fantasía misma.  Y él le dijo cosas que ella después no pudo acordarse pero hubo un cortocircuito y empezaron a decirse cosas y a ofenderse y a angustiarse sin razón aparente. ¿Pero si no se conocían cómo pudo pasar algo así? Las emociones puestas ahí en el teclado y la fantasía en su máximo esplendor. Mucha intensidad junta sin lugar donde desagotarla. Luego lo que parecía que podía ser una noche memorable se transformó en una noche cargada de diálogos con tensiones producto de realidades irreconciliables.
Ahora hablan cada tanto, no como antes, añorando esas noches en las que el encuentro era lo más esperado del día.
Pienso que si el timing y las circunstancias hubieran sido otras algo muy bueno podría haber pasado.  Ella sigue pensando en él pero cada vez menos.  El deseo se fue apagando y en las noches ella tantea entre las emociones recientes y toca allí a un costado, las cenizas de éste hechizo.

sábado, 14 de mayo de 2011

Otra vez 15 años

Si hay algo que a veces añoro de cuando tenía 15 (como una edad representativa de la adolescencia) es la sensación de novedad respecto a todo lo que ocurría. Las fiestas, los chicos que conocíamos, la emoción de los primeros besos, de los primeros "chapes", las "matines" en los boliches del momento.  Cuando uno se hace grande va perdiendo poco a poco esa capacidad de sorpresa, esa sensación clara de que uno está viviendo eso por primera vez.  Siente y vive de otra manera, pero las sensaciones ya las conoce.
Después de mi noche con Franco llegué a la oficina tarde, muerta de la vergüenza. Pasé por la oficina de mi jefe y le hice un gesto de "pulgar arriba" para que supiera que todo había estado bien y que después le mandaría un e-mail con toda la información.
Deseé con todo mi corazón no ver a Franco ese día porque de sólo pensar el  posible encuentro en la oficina la cara se me ponía colorada como un tomate a punto de reventar.
Llegué y me senté casi sin hablarle a Male.
-Qué calladas que estamos hoy eh...-me dijo Male mirando de reojo.
-Normal, estoy cansada- le contesté mientras ordenaba el escritorio y encendía la máquina.
Deseé por favor que no me preguntara si había salido el día anterior, no quería mentirle. De todos modos estaba segura que ya podía blanquear el secreto. Por suerte no preguntó.
Prendí la compu y tenía un correo de Franco que decía:
"Bueno día, anoche lo pasé muy bien.  Me encantaría que se repitiera el encuentro, sin temas laborales de por medio en lo posible. Sólo si a vos también te encanta la idea".
"Encantar" me pareció una palabra fuerte.  Me "encantó" que la dijera pero no estoy segura de animarme a decirle "me encantaría".
Me sentí otra vez de 15 años, con la vergüenza a flor de piel, con los nervios de que sonara el interno y fuera él.
Me llamó Mora para invitarme a bailar tango. -Está buenísima la clase, vas a ver que te vas a divertir- me dijo.
Le dije que sí sabiendo que tal vez me perdía una salida con Franco. Pero ¿quería salir con Franco?
Si pero no, el gataflorismo a la orden del día.
"Si" porque me gusta. "No" no porque trabajamos juntos y eso siempre es complicado. Sé de lo que hablo.  
Le contesté el correo a Franco:
"Me gustaria que se repitiera. Te mando un beso".
Ahí mismo y antes de tener respuesta apagué todo y salí corriendo a tanguear.

jueves, 12 de mayo de 2011

¿Mission Impossible?

Terminé el informe urgente que tenía que terminar y pasé por el baño para arreglarme para mi cita "laboral".
Antes asomé mi cara desfigurada por la oficina de mi jefe.
-Dos cosas te digo.  Una: Estás arruinando mi futura vida sentimental con esta misión que me encomendaste. Dos: si después de esto este pibe no me habla más con lo lindo que es te voy a pedir una indemnización especial.
- Jajaja. Por algo te elegí a vos. Ni vas a arruinar tu vida sentimental ni nada malo te va a pasar. Divertite y resolveme el temita. ¿Dale?- me dijo casi sin levantar la vista de la computadora.
- Divertite vos.  Lo que sea que gaste va para tu presupuesto de gastos, te aviso. Y pienso citarlo en el bar más caro y me voy a tomar mis buenos tragos, con bebida blanca de la más cara.
-Jajaja, ok. Ningún problema!- respondió.

Male me agarró en el pasillo.
¿A dónde vas tan apurada?
- ¡Llego tarde a terapia! - le contesté y me metí de un salto en el ascensor.
Habíamos quedado finalmente en encontrarnos directamente en el bar.
Llegué apurada y él estaba ya sentado en la barra.
Me encantan las barras, sin embargo, ya bastante verguenza me daba decirle lo que le tenía que decir a él como para hacerlo justo enfrente del "bartender". Pasar a una mesa era convertir ese encuentro aún más en una reunión de trabajo.
-Hola- le dije y le di un beso.
-Hoy nos saludamos más veces que en todo el tiempo que te conozco- me dijo sonriendo.
Me puse colorada al instante.  Di un pequeño salto hacia la silla alta e hice malabares para mentener el equilibrio y depositar cartera, saco y piloto en la silla contigua.
-¡Cuánto misterio! Igual me encanta. Soy un ser curioso por naturaleza. ¿De qué me querías hablar?
-¿Qué te parece si pedimos algo para tomar antes? ¿No tenés hambre? ¿Estás para unas papas o algo así?
-No, para papas no, para un trago sí- dijo muy seguro.

Mi ansiedad me estaba jugando una mala pasada.  Me imaginé a mi misma en ese preciso momento llenándome la boca de papas fritas y engullendo sin parar para no tener que decir lo que fui a decir ante la mirada absorta (casi con asco) de mi ex pretendiente. 
-¿Seguro no comés nada?- insistí.
-Seguro- respondió.
Pedí las papas igual, necesitaba un colchón de alimento en el que depositar la caipiroska que iba a tomar para juntar coraje.
Trajeron los tragos y brindamos.  Le pegué un buen sorbo al mío y empecé.
-Che, ¿estás contento en el trabajo? ¿Qué te parece la empresa?
- Ehhhh, si, estoy contento. ¿Esto va a ser una encuesta de medio ambiente laboral? Pensé que veníamos a hablar de algo más divertido.
Le dí un segundo trago a la caipira.
-Jajaja, no, obvio que no, bueno, un poco y un poco, pero bueno. ¿Somos compañeros de trabajo o no? ¿De qué vamos a hablar sino?-dijer nerviosa.
- De  mil cosas menos esto que es un embole.  Hablemos de lo que hablamos el otro día cuando salimos todos.  De tu desconfianza con los hombres y de lo dolida que se sentías todavía por tu separación.
Le di otro sorbo al trago y empecé un auténtico discurso "a la defensiva".

-Primero, no estoy dolida. Ya lo superé. Segundo, no tengo desconfianza en "toooodos" los hombres. Sólo en algunos, sobre todos los lindos, que piensan que pueden tener lo que quieren.  Como las cosas no les cuesta ni se gastan en tenerlas, como vos digo.  Tenés una pinta de picaflor......
-Como todos. A todos nos gusta el coqueteo. ¿o no? Además hablás como si vos fueras una gorda espantosa.  Sos muy linda y lo sabés.
-No soy muy linda, soy normal- dije y me tomé otro sorbo para esconder mi cara, otra vez colorada.
-No creo que todos somos picaflores ni coqueteemos.  Vos solamente sos así y mejor que dejes de hacerlo porque creo que hay gente a la que no le gusta.
- ¿Vos me estás hablando en serio? ¿O será que a la gente que no le gusta es a vos?- dijo y se terminó su ron con coca cola de un sorbo.
-¡Nada que ver!- le dije en un pseudo grito que hizo que el bartender levantara la vista. Te lo digo porque me dijeron- continué.
-¿Te dijeron qué?- dijo acercándoseme bastante (cara con cara)
-Me dijeron que te dijera- dije y me di vuelta para ir al baño en el preciso momento en que me caí literalmente de la silla alta y quedé atrapada entre la silla y sus piernas.  Justo ahí en el medio.
Me invadió una sensación absoluta de verguenza pero por algún motivo quedé inmovilizada por unos 5 segundos que me parecieron como 40 minutos. El me agarró como para no dejarme salir.
- ¿A dónde pensás que vas vos?- me dijo agarrándome de la cara.
Con absoluta verguenza lo miré desde abajo.  Se veía alto, allá alto, inalcanzable, lindo.  Se veía un poco borroso también pero liiiindo.
Ahí mismo me dio un beso y yo salí corriendo al baño.
No sabía que hacer. Muerta de verguenza encerrada en uno de los inodoros la llamé a mi hermana María, testigo de mis citas más bochornosas.
-No tengo tiempo de explicarte bien. Estoy medio ebria en el baño de un bar al que vine con un compañero de trabajo a decirle que no tenía que coquetear tanto con las mujeres porque a los jefes no les gusta. El pibe está re bueno, pensó que le hacía una escena de celos y me besó. Salí corriendo y ahora estoy acá. ¿Qué hago?
-jajajaja. ¿Me estás hablando en serio o me estás jodiendo?¡ Mirá que soy una persona impresionable!
- ¡Te hablo en serio! ¡Ayudame!- le dije  y empecé a reirme a carcajadas.
-¿Cómo querés que te ayude si estoy a millones de kilómetros de distancia?- me dijo y se empezó a reir.Vos no cambiás más. ¡Cuánto me alegra que seas mi hermana!. Si te estás riendo de esto, reíte, hacéle saber que te reís de esto.  Sé vos misma, si así sos divina- me dijo.

Me lavé la cara y salí todavía tentada por la risa.  Volví con la cabeza gacha y me subí otra vez a la silla. Lo miré con la cara conteniendo la risa y él se empezó a reir. Nos empezamos a reir los dos con tanta violencia que en un momento pensé que me iba a ahogar.
-jajajjaa, te juro que, jajajjaa, te juro que vine a decirte, jajajaaj, que dejaras de hacerte el langa con las minas, jajajjajaja, pero me salió medio mal, jajajaja. Me pidieron que te diga que no hables tanto con ellas, y yo les dije jajajjaa, pobre pibe, qué culpa tiene si es lindo???? jajajajajjaa¿ No estuve bien??? jajajajajjaa
-jajajajaja, pero vos me jodés no? Decime que esto es joda!jajajajajaja.
-Te juro que no es joda, ajajajajaja, me quiero morir, me dijeron que te lo dijera yo porque tengo buena onda, jajajaja, perdoname, jajajajaja- le decía mientras se me salian las lágrimas de los ojos.
- jajajajjaa, te juro que no lo creo, jajjaaja, pero si esto es cierto hagamos algo, por qué no empezamos a salir y así ya no va a haber más rumores ni nada, jajajjaa.
-jajajjaa, qué buena idea sería no? jajajjaa, qué buena ideaaaa. ¿Qué? ¿De qué me estás hablando?- le dije recién ahí tomando alguna mínima noción del significado de sus palabras.
- Vení un minuto que te quiero decir algo-me dijo.
Me acerqué desconfiada y ahí nomás me dio un beso que me hizo ver las estrellas. Por algún motivo no podía despegarme y así nos quedamos besándonos en la barra ante la mirada incómoda del "cantinero". Cuando nos separamos empezamos a reirnos otra vez, luego a sonreir simplemente y luego nos miramos a los ojos seriamente.
-¿Mejor te llevo a tu casa no?-me dijo acaraciándome el pelo.
-Si, mejor sí- le contesté. No, mejor no. Mejor me voy sola.
-Te quiero llevar- me repitió.
-Yo también quiero que me lleves, llevarte, que nos llevemos, todo. Pero mejor no, no hagamos lío.
Me tomé un taxi y me fui con el sabor a ron en la boca y su perfume pegado en el pelo.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Thinking and waiting

Estoy esperando que a Cata se le ocurra alguna idea genial para encarar a la bestia. Hasta ahora no me dijo nada y yo sigo esquivando el contacto con él todos los días.
Mi jefe pasa por mi oficina y arquea las cejas.  Yo giro la cabeza de un lado a otro. Señal de que aún la charla no tuvo lugar.
Pensé en invitarlo a almorzar, algo sin demasiado compromiso.  Pero no sé si así, a plena luz del día entre el churrasco y el puré de calabaza, voy a poder decirle algo tan bochornoso.
Estoy barajando seriamente ir a tomar una cerveza después del trabajo. 
-¿Pensaste algo de lo de Franco?- le dije a Cata.
-¡No te escucho nada! ¡Estoy en la calle! ¿De quién?- me dijo a los gritos.
-Del lindo de la oficina- dije tapando el teléfono.
- Ah, sí. No sé, decile de tomar una cerveza y decíselo ahí sin anestesia. Pedile disculpas y decile que te mandaron y listo.  Me parece lo mejor y lo más sincero.
-Listo, gracias!-

Y eso es lo que voy a hacer. Disqué el 1065.
-Hola Vicky- me dijo con voz neutra.
-Hola, ¿cómo estás? -le dije nerviosa y siendo falsamente simpática- ¿Tenés dos minutos para ir al barcito por un café?
-Si, claro- respondió.
-Ok, ahí en cinco.

Pasé por el baño dos segundos, sonreí y me acomodé un poco el pelo. Me saqué la camisa afuera del pantalón para que parezca un poco más canchera. Bajé al bar del cuarto.
No lo había visto en todo el día, como siempre estaba lindo. Nos saludamos con un beso.
-¿Pasó algo?- me dijo ansioso.
-No, nada. ¿Qué hacés hoy cuando salís de acá?- le pregunté rápido para ir justo al grano.
-En principio nada. ¿Por?
-¿Querés tomar una cervecita? Te quiero hablar de algo- le dije rápido tratando de no ponerme colorada.
-Si, obvio.¿ A qué hora?
 -Tipo 7 en Reconquista y Corrientes¿ te parece? De ahí vamos para alguno de los bares.
Nos saludamos incómodamente, el amagó a darme un beso y yo levanté la mano como para decirle chau. Fue un momento raro.
Que Dios me ayude hoy. Salud!

lunes, 9 de mayo de 2011

El "vende humo"

Justo ahí, cuando estaba a punto de protagonizar una increíble historia de amor (tal vez no increíble pero al menos un efímero romance) el flash no salió y la foto quedó muy oscura. Nota mental: Poner especial atención a la palabra "oscura".
El ex "mi fotógrafo" me llamó el viernes a la tarde y me dijo: "Hoy te veo sí o sí".  Por supuesto que esas palabras mágicas resonaron como música para mis oidos (música de la que me gusta).
-Tengo guardia hasta tarde-me dijo- Pero encuentro la manera de contactarte.
Rendida por mi semana de trabajo y saliditas varias caí muerta a las 12.30 am y le mandé un mensaje que decía:
"Me caigo de sueño me voy a dormir, me encantó que me llamaras hoy. Te mando un beso".
No tuve respuesta esa noche ni esa madrugada.
Es lógico- pensé a la mañana siguiente- ¿Para qué me va a devolver el mensaje de madrugada sabiendo que estoy durmiendo?.
Pero no lo devolvió en todo el día del sábado.  A las 5 de la tarde decidí hacer un llamado "buena onda".
Él mismo habilitó el código de llamada telefónica y por eso no tuve problema en contactarlo -del mismo modo.
-Buen  día- me dijo muy jocoso y sonriente.
-Buenas tardes- contesté.
-Ando aquí trabajando- me dijo rápidamente (se escuchaba ruido de calle).  Te llamo en 10 minutos!- terminó y colgó.
Esa fue la última vez que supe de él.  No llamó ni 10 minutos después, ni 20, ni 30 ni 40.  Ni el sábado ni e domingo.
Este es el momento en que además de la bronca habitual, me supera la falta de normas de cortesía.
Si te digo te llamo en 10, te llamo después. No en 10 pero te llamo.
La única excusa que podía admitir para esa desaparición era que lo hubieran hospitalizado o que hubiera muerto un familiar o tal vez una mascota (esto último con muchas restricciones y condiciones).
Decidí sacarme la duda y en esta investigación sociológica que pareciera que vengo llevando,  descubrir por qué los hombres hacen lo que hacen.
Le mandé este mensaje hoy por la mañana:
- Están siendo los 10 minutos más largos de la historia del universo, qué rareza....
Inmediatamente me llamó:
- Hola, qué tal?-me dijo como si nada.
- Muy bien y vos- le contesté tratando de disimular mi furia contenida.

Se las hago corta. No sólo que el pibe es un idiota sino que me tomó a mí por idiota.  Fui diplomática y correcta y no le hice saber que no le creí nada de lo que me dijo.
Me dijo que después de hablar conmigo se le cayó el teléfono, lo pisó un auto y estuvo el fin de semana sin teléfono y se lo repusieron recién el lunes a la mañana. Honestamente hubiera preferido que me inventara la muerte del familiar.
Eso me indignó.  No lo mandé a que se meta la cámara en el trasero y haga palanca con el zoom porque soy educada y reservo esta serie de improperios para decirlos acá.
Mentiroso y mal mentiroso. También tenía mi dirección de correo electrónico para contactarme y decirme "sorry que no te llamé porque me comió el teléfono el perro".
Soy intuitiva pero con los hombres no me funca bien.  Pero esta vez, percibí en su relato la mentira mal desarrollada.  No viene al caso la serie de detalles que me dio del "episodio desafortunado" ni todo lo que supuestamente hizo el fin de semana.  Todo, todo sonaba a mentira.
O está casado o tiene novia a pesar de que me dijo que no. ¿Qué otra cosa podía decir un piratón como él?
Me dijo al cortar: En cualquier momento te llamo y nos vemos.
Cuando nos veamos "vos y yo" nos vamos a divertir.  Qué bueno va a ser charlar cuando nos veamos "vos y yo".
¿Qué problema tiene este pelotudo?¿Estamos todos locos?
Parece que algunos sí. Freaking Psychopath!!!!

sábado, 7 de mayo de 2011

Un grado de separación

Mi fotógrafo me viene llamando desde que nos conocimos. Me escribe mensajitos y me llama en el medio de la tarde sin ningún motivo y sólo para saber cómo estoy.  Por ahora todo muy lindo pero es imposible coincidir en los horarios.  Este es el momento en que mi alma paranoide se apodera de mí y desconfía terriblemente que los problemas de logística sean tan reales.  Es cierto que vive de guardias y sale corriendo a sacar fotos (eso me dice).  Lo que sí comprobé por buenas fuentes es que es fotógrafo de una revista de importante tirada.  Es difícil no ponerse ansiosa cuando alguien te dice todo el tiempo "te quiero ver" pero no te ve.
Por otra parte mi conversación pendiente con la bestia me tiene mal.  Traté de esquivarlo estos días y no hablarle.  Aguanté con la computadora colgada un largo rato con tal de no llamarlo. La peor parte: No lo puedo compartir con nadie.  La llamé a Cata y le pedí consejo.
-Mmm, qué bajón. ¿Se lo tenés que decir vos?
- Sí, no me queda otra. No sé cómo encararlo. ¿Qué le dirías?
- No sé, dejame pensarlo unos días más. ¿Cuándo le vas a hablar?
- No sé, lo estoy dilatando. La semana que viene calculo.
-Bueno, lo pienso y te digo. Che, tenemos que salir. Fui a la numeróloga la semana pasada y me dijo que iba a volver gente del pasado. ¿Loco no?
-Si, no sé, yo no creo en nada ya. Aunque el fotógrafo cumple años el 5 de junio. ¿Significará algo eso?
-Seguro que sí.

Salimos después de la oficina.  Nos arreglamos y rumbeamos para nuestro bar de Palermo habitual.  Allí nuestros amigotes habituales. Allí, el mundo de coincidencias.
Cata se encontró con un amigo de la adolescencia que estaba más bueno que el café con leche con galletitas dulces (mojadas en el café con leche).
El estaba con una chica, a la que reconocimos como la ex novia de un amigo de un amigo. Por suerte no estaban juntos y sólo eran amigos.  Por otra parte, otro de los chicos de ese grupete era amigo del trabajo de una amiga mía del colegio y otro de ellos conocía a mi jefe muy bien.  Me asustó un poco tanta coincidencia.
Café con leche estuvo charlando con Cata.  Ella muy contenta. En un momento se me acercó y me dijo:
-Lo dijo la numeróloga. Alguien del pasado.  A este chico lo conozco de mi adolescencia, todos los veranos en Mar del Plata.
- No sé qué pensar- le dije.

Y la verdad es cierto.  Ya no sé qué pensar por eso voy a ver si puedo apagar un poco el cerebro y empezar a sentir.
Que la noche me sorprenda.

jueves, 5 de mayo de 2011

Luz, cámaras, acción.

Luli me invitó a un evento de esos que ella organiza. Super top, mucha gente linda, alcohol y apetizers riquísimos y variados.  Como siempre, me avisa cinco minutos antes.
-Venite con quien quieras- me dijo.
Reaccioné con absoluta rapidez.
-¿Qué haces hoy de 8 a 11?- le pregunté a Male.
-Mmmm, mirar la tela calculo- me contestó.
-No, te venís conmigo al evento que organiza Luli, es el lanzamiento de una nueva revista de modas
-Sí! Sos una genia! ¿Cómo estoy? ¿Está bien lo que tengo? ¿Las medias, la pollera y la remera?- se impacientó.
-Estás divina- le dije.
Después de pasarnos la brocha gorda por la cara y cepillarnos y soltarnos la melena, salimos cual chicas "super top" hacia un importantísimo y "top" hotel de Buenos Aires.

Llegamos excitadas y corriendo, pensando que nada podía ser mejor que un plan de último momento cuando la noche pintaba para "sopita en la cama y tele".
-Tengo mil cosas, vamos al guardarropas- dijo Male con su típica practicidad.

Nos apoyamos en la "ventanita" del guardarropas a esperar el turno.  Junto a nosotras, él.
Rubio, reo, con barba de varios días.  Un bolso gigante con el que luchaba para sacar una cámara profesional de adentro.
Male terminó con el trámite y salió disparada al baño.  Me quedé esperando mi turno.
-¿Cómo estás?- me dijo mirándome mientras armaba su cámara.
-Hola- le dije por toda respuesta.
Cuando me fui, giré y noté que me estaba mirando.
-Me encanta ese fotógrafo, me encanta- le dije a Male absolutamente emocionada.
- Como para que no te guste- me dijo mientras revolvía la cartera buscando el celular.

Las miradas fueron y vinieron, y él se limitó a hacer su trabajo.  Sacó las fotos que tenía que sacar a los famosos del momento.
El evento duraba poco y ya lo sabíamos de antemano.  Sobre el final y cuando parecía que ya todo se había terminado, se acercó y le dijo a Male:
-¿Te la puedo robar un momento?
Nos apartamos hacia unos jardines y me dijo que quería mi número de teléfono para invitarme a salir.
(¿esto está pasando o es la vida imaginaria en mi cabeza?)
Le di mi número de teléfono y me llamó para que agendara el suyo.
Se llama Peter. Así como lo leen. Y en su cédula de Identidad dice "Peter" (se la tuve que pedir porque pensé que era un "Pedro" anglosajonizado). Es argentino, nacido y criado acá.
Hablamos un rato largo.  Los detalles no vienen al caso.
Hoy me llamó y me dijo:
-No resistí las ganas de llamarte para ver cómo estabas. Tengo ganas de verte.
Tuvimos una conversación telefónica, de esas que venía añorando. Ni mensajes de texto ni mails ni nada. Una conversación propiamente dicha.Y aunque todo pinte rosa, iré con pie de plomo.
No tenemos fecha cierta de encuentro, pero hasta ahora, todo esto me parece muy lindo.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Trouble

Vino mi jefe a la mañana y con su típica cara de nada me preguntó si podíamos hablar a solas.
-Mirá Vicky. Hay algunos jefes que se están quejando por la distracción del chico de sistemas, el nuevo. Me pidieron que ponga un poco de orden.
-¿Franco?
-Si, sí. 
-Ok ¿y? ¿En qué te puedo ayudar?
-No sé muy bien. ¿Vos tenés buena onda con él no?
-Bueno, si, normal. ¿Por?
- Porque me gustaría que le dijeras algo.
-¿Qué querés que le diga? -le dije casi en un grito.
- No sé bien. El punto es que pulula por los pasillos y las mujeres se distraen y revolotean como en un gallinero.  Llamalo "celos de macho alfa" o lo que quieras, pero varios se quejaron ya.  No sé bien qué se puede hacer porque él tiene que responder a su clientela interna si algo se rompe o complica, pero me están presionando con este tema y prefiero no ser yo el que se lo diga.  Quedaría mal. 
-Si, ok. Sigo sin entender qué querés que haga.  ¿Que lo amoneste? jajajaja- le dije empezando a ponerme nerviosa. 
- No re rías Vicky. Hablále. Decile que.....mmmm
-¿Que no cumpla con su trabajo? - le dije empezando a ponerme ya colorada de la ira.
-Ese es el punto, el pibe es bueno, efectivo y resolutivo. 
- ¿Entonces? ¿Le digo que se ponga una careta de Freddy Kruegger cuando vaya a arreglar las computadoras?
- No sé, no sé. Sos mujer, tenés más sensibilidad, pensá en algo.
-¿Tengo que ser yo? ¿No puede ser Male?
-No, quiero que lo hagas vos.
- Bueno, veo lo que se me ocurre - le dije de mala gana.
-Ah! Otro tema. Confidencialidad.  No se lo podés comentar ni a Male.  Lo que sea que hagas, hablalo con él en forma privada y después me contás. 

Ahí me quedé, estupefacta en el pasillo. La peor pesadilla tener que ir y decirle a la bestia que haga algo con su "sex appeal" y deje de enloquecer a las mujeres.  Justo yo. ¿Cómo hacerlo sin que parezca una escena de celos armada?
¿Alguna idea? 

martes, 3 de mayo de 2011

Limpieza de cancha

Decidí limpiar la cancha. Barrí a todos de un plumazo.  El objetivo: Volver a empezar con aires renovados.  Antes me saqué la ira con unos cuantos.  No se ganan guerras si antes no se tirotean a un par.
El obsesivo del mensaje de texto: Después del segundo mensaje en el que me decía "Dame aunque sea una oportunidad" borré su teléfono de mis contactos. No le contesté más.
Marcos: Me mandó un mensaje diciendo: "¿En qué andás?". No le contesté por no cumplir su palabra.
Hernán: Me contactó por mensaje de texto, una semana después de haber vuelto de su viaje.
-Hola, q tal? Cómo anduvo todo?
-Bien - le contesté
-Todo tranqui?
-Si
-Tu semana?
-Bien.
-Me alegro, estás para vernos y darnos unos besos alguno de estos días?

Ahí me calenté. ¿Algunos de estos días? ¿Por qué no levantás el teléfono pedazo de nabo y me hablás como una persona normal?
-Depende-le dije.
-¿Depende de qué?- contestó.

Ahí lo llamé directo en un estado de locura, vestida de guerra y con la "V" de venganza.
-Hola, te contesto, depende de cuál sea tu onda. Y como no lo sé, te pregunto. ¿Cuál es tu onda?
- Bueno bueno che. Pará un poco, cuál es mi onda con qué? Nada, ya te lo dije, me gustas pero bueno, ahí ando.
-Ok, y yo ahí ando también.  Cuándo sepas comportarte como una persona normal y tengas un poco más de acción y menos palabras, hablamos.  Esta onda tan intermitente a mí no me va.
-La verdad es que no da que me llames para gritarme así - me contestó fastidioso.
-Y la verdad es que tampoco da que aparezcas y desaparezcas como lo hacés y mucho menos da que mandes señales equivocadas.
- Así no me interesa hablar más.
-Quedate tranquilo que a mí tampoco- le dije y le corté.
Con el dolor de mi alma, puse los puntos.  El pibe me gustaba pero más me gusta sentirme bien y no estar tratando de descifrar a un pelotudo- pensé.
La llamé a Cata.
-Acabo de mandar a la mierda a Hernán- le dije sin saludarla.
-¿Por? ¿Qué te hizo?
- No sé, me cansó su inoperancia intermitente, inconsistente y asexuada.
-jajajajajajaja. Parece que tenías unas claras razones.
-Si, así parece. Así que ahora empezamos otra vez de cero y a romper la noche.
-Si si.  Hablando de eso tengo un chimento para contarte.
-¿Qué?
-¿Te acordás del Chino, el amigo de José, el novio de Nuria con el que nos encontramos ese día en el restaurant de Nuñez?
-Claro, el Chino, sí. Mucha onda, feo con onda.
-Bueno, parece que preguntó por vos. ¿No es loco?
-jajajjaa. Si, es re loco. Yo pregunté por él y el preguntó por mi.
-Si, Nuria quiere organizar cena para presentarlos formalmente.
-¿En serio? jajaja. ¡¡¡¡Qué verguenza!!! ¿Te parece que da?
-Si, re da, a full.
-Bueno, me copa.
Así cortamos el teléfono.
Y así corté el pasto de la cancha, la regué un poquito y empecé a acomodar jugadores otra vez.

miércoles, 27 de abril de 2011

La mesa de saldos

Llegué a una conclusión (no creo que sea ninguna genialidad) y es que pasados los treinta y algo las posibilidades de conseguir pareja son únicamente hurgando en la mesa de saldos.  Sé que el panorama no es alentador pero soy una convencida que cuando uno pinta el peor escenario, todo siempre es para mejor.  Si comparamos la imagen patética de estar revolviendo en una mesa de saldo de hombrecillos contra cualquier otro encuentro, ese encuentro resultará por lo menos, maravilloso.
La situación actual es esta.  Mis candidatos huyeron como si hubiera tirado un "gamexane". Al obsesivo del mensaje de texto le blanqueé la situación y le dije que no quería salir con él, nunca.  A Marcos no le mandé ningún mensaje, ni el tampoco me mandó (otras falsas promesas).
La bestia coquetea con todas, a veces más conmigo, pero la verdad es que estoy en un estado que ni siquiera le quiero dedicar energías.  Y Hernán, bueno, es un caso indescifrable.  No apareció después de su viaje.
Todo esto me dio para pensar y llegamos a la conclusión con las chicas (no quiero adjudicarme el mérito sola) que:
1) Los hombres no tienen interés en el sexo.
2) Los hombres que quedan están mal de la cabeza, tienen 25 años, están separados y tienen hijos o simplemente tienen una incompatibilidad para la vida en pareja.
3) Los únicos hombres que le ponen un poco de romance a la cosa y quieren sexo desesperado, son los casados.  Pero no lo quieren con sus mujeres.

Hacía mucho que no veía a Pitu, muchísimos años.  Casada y separada dos veces, me contaba sus historias mientras nos tomábamos un café.
-Le pidió mi mail a mi amigo, se creó una dirección de mail falsa y me escribió poéticamente.
-¿A ver? Bueno, esto pinta lindo (miré sus mails desde la black berry)
-Lindo no sé. El tipo es casado y tiene dos hijos.
-Ah, bueno. Digamos que esto es un toco y me voy.
- Y digamos que sí, todavía no lo decidí.  Pero ¿sabés qué? Me emocionan estos mails.  Esta cosa furtiva y picante y el deseo y el romance. ¿Sabés por qué me emociona? ¡Porque ya no existen estas cosas! Y probablemente no pase de esto, pero que alguien se "gaste" un poco en escribirte con ingenio y un poco de astucia, hoy ya es mucho.

Me quedé pensando.  Es cierto, ya no existen estas cosas.  Las cartas y los poemas y las canciones y todo eso que hacían los hombres para conquistar a las mujeres en el siglo pasado, se perdió.  El hombre ya no hace mucho, ni siquiera por deporte y es una lástima porque es tan lindo eso.  La sagacidad de la palabra, la poesía y el romance, la sorpresa, la complicidad y el deseo.
El romance tiene mala prensa porque ha sido tildado de cursi.  Pero la verdad es que a esta altura brindo por la cursilería barata (igual todo tiene su limite eh!).

lunes, 25 de abril de 2011

Nada

A veces pasa que no pasa nada.  Como si la vida divertida la tuvieran los otros.  Como si la vida sentimental interesante fuera patrimonio del vecino.
No pasa nada (en materia de hombres). Pasan muchas otras cosas que ni siquiera puedo definir pero para la que la gente no dedicaría ni cinco minutos para leer porque, claro, no pasa nada.
Si se fijan, a nadie le interesa saber que no ha pasado nada en este fin de semana de reflexión. Que no he salido con ninguno de mis potenciales candidatos a los que ni siquiera sé si quiero ver.  A nadie le interesa saber que me fui a andar en bicicleta y a la peluquería y después a tomarme un cafe con leche a un bar de Palermo. A nadie le interesa saber que lloré de a ratos y también me reí. ¿Te llamó? ¿Te escribió? Eso es lo único que importa.
Y a veces pasa que no pasa nada.  Y no está mal.  Cuando la emoción pasa sólo por ahí perdemos mucho de lo otro.  No creamos que lo único lindo y valioso es tener una vida de pareja. Alguien a nuestro lado.
Queremos estar con un otro para tener testigos de nuestra existencia. ¿Freaky no? Bueno, desbarranqué.

sábado, 23 de abril de 2011

Hollywood

Hollywood nos ha hecho mucho daño.  Las películas románticas son un atentado contra cualquier tipo de relación mas o menos normal, costumbrista y terrenal. Se sabe que eso que pasa en las películas no existe (yo lo sé al menos) pero cada tanto, alguien te cuenta una historia que se le parece y te siembra esa pequeña duda.  Esa duda venenosa que hace que tengas una pizca de esperanza de que exista algo real y posible entre un hombre y una mujer.
Este fin de semana me quedé guardadita. Rechacé la invitación del obsesivo de los mensajes de texto sólo por el sábado. Tal vez mañana si la Pascua me parece deprimente y melancólica le digo que sí a tomar un licuado de banana (nada que involucre alcohol, producirme o ponerle media pila a la salida)   Tampoco le dije que sí a pedalear con Marcos. No lo llamé, él no me llamó.  Tal vez le conteste mañana que sí pero no sé si me va a dar la cabeza para hacer dos citas en un día.
De todos modos el tema eran las películas románticas y vi una que me dejó en estado catatónico. Lloré todo lo que no había llorado en estos últimos meses, con sollozos y mocos incluidos. Y con ruido (lloro con ruido exagerado para que salga todo bien salido). No la vean. O sí, si quieren sentirse mal por esos amores que no existen.  Amor y drogas (Love and other drugs). No les digo nada más.  Parece una comedia pero no lo es.
Después de eso me quedé pensando en el amor entre un hombre y una mujer y en todo el dinero que Hollywood sigue haciendo con esta temática. Insisto, todos queremos encontrar el amor y el que diga que no, miente. Nos criaron para eso y para perpetuar la especie.  Mejor dicho, nos criaron para perpetuar la especie y para eso nos hicieron creer que se necesita amor cuando en verdad se necesita mucho menos que eso.
Luli también se quedó guardada y se pasó como unas tres horas hablando con su novio nómade que vive en algún lugar de Europa y al que conoció  dos días y dos noches divinas en un lugar al norte de Brasil. Ella no se olvió de él.  Hasta hoy lo extraña y tiene deseos de él. ¿Es posible eso? ¿Después de dos días? Cada situación romántica tiene su correlato con alguna película de Hollywood, en este caso "Antes del amanecer" y su segunda parte "Antes del atardecer".  Son dos de mis películas románticas favoritas pero aún no creo que sea posible albergar un sentimiento de amor y nostalgia por tantos años habiendo conocido a alguien por dos días solamente (en el caso de la película uno solo).
Ya lo sé, soy la terrorista del amor. En eso me he convertido.  Pienso que lo lindo que tienen esos amores de pocas horas es la imposibilidad de llegar al desengaño.  No hay desilusión posible, no hay tiempo para que te aplaste la rutina ni te carcoman los deseos insatisfechos que equivocadamente depositás en esa otra persona.
Para que haya amor de verdad no debe haber fantasía.  El amor real es el que trasciende las miserias humanas, las zonas oscuras, lo poco hermoso y mostrable.  Si trasciende después de eso ya estamos hablando de otra cosa.  Sin embargo hay gente que asevera haberse enamorado de alguien después de haberlo conocido durante ¿días, semanas, meses? Me cuesta creer que algo así sea posible.  Creo más en el amor que se construye y se afianza con el tiempo y tal vez por eso no creo en Hollywood o tal vez por eso mi película preferida es "When Harry met Sally".
Lo cierto es que para cada uno el amor significa algo diferente y por eso es tan difícil coincidir. No hay una idea estandarizada del amor.  Para cada quien significa algo distinto.
En mi propia película sigo un número, una señal, algo que me guíe en tanta neblina, algo que me devuelva algo de magia a esta cabeza plagada de pensamientos lógicos y racionales.
Si la vida es sólo "timing" no hay nada distinto que podamos hacer que desear estar justo ahí, justo en ese momento, justo con esa persona y así tal vez tener unos instantes de ese renegado Hollywood.

Waiting and thinking

Me tomé un tiempo para reflexionar sobre el curso de mi vida.  Y llegué a una conclusión: No tengo idea a dónde voy.
Lo importante sin embargo es que así y todo no me siento mal como en algunos momentos me sentí por tanta incertidumbre.  Es la vida que me toca, que es muy distinta por cierto a la que imaginé que iba a tener a los 34 años.  De todos modos hay algo que estoy empezando a disfrutar un poco y que en otros momentos me angustió y es el hecho de no saber qué va a pasar mañana.  No sé ni siquiera dónde voy a estar para Pascuas o qué voy a hacer hoy a la tarde.
Hernán me mandó un lindo mensajito al día siguiente que decía: "Lo pasé muy bien ayer. Me estoy yendo de viaje a Brasil y no vuelvo hasta después de semana santa. Cuando vuelva quiero verte apenas llegue".
Me encantó, honestamente, pero decidí no ilusionarme.  El "apenas llegue" para mí es apenas se baja del avión. Para él puede significar pasada una semana de eso.
Decidí vencer mi tendencia monógama de ilusionarme con una sola persona y abrí mi juego dejando varios huevos en diferentes canastas.
Franco empezó conmigo un coqueteo solapado.  Me empezó a llamar buena onda todos los días o pasaba todos los días por el piso y me hacía algún comentario.  De todos modos, no soy la única a quien dirige sus galanterías. Mica está vestida de "Rambo" con su equipo verde militar, ametralladora en mano, la cara pintada de negro y dos ramas en la cabeza para disimular lo indisimulable: Está preparada para la guerra.
A Franco aparentemente no le interesa o quiere algo más difícil. No es que yo sea difícil pero estoy tan desorientada y confundida  que no tengo ni idea qué quiero y en ese devenir de mi duda metódica, muestro poco interés.
Nuevamente estoy en la etapa que nada me importa.  Estoy como anestesiada. Esto garantiza que en breve la catarata de candidatos va a ser buena, es una regla clara.

Mensaje de texto de Marcos. ¿se acuerdan? ¿Mi refrito? ¿El que nunca apareció y me canceló sobre el último momento? Esta vez con una propuesta diferente.
Decía así: Che, sorry la desaparición, "estuve a mil". ¿Te copás si vamos a andar en bici? (las comillas son mías, claro).
No le contesté aún, no sé qué hacer.  El plan diurno me atrae pero no sé si tengo ganas de compartir el día con él.  Duda tras duda.

Por otra parte tengo una relación via mensaje de texto con el sujeto que conocí en el boliche a las 5 de la mañana y que me dijo "quiero conocer a alguien como vos".  Esto es interesante y las chicas dicen que tengo que darle una oportunidad porque la viene remando. No estoy tan segura.
Les recuerdo que nuestra último intercambio había sido un sábado y le había mentido que tenía un cumpleaños.  Nuevamente hizo lo políticamente incorrecto: Me invitó a salir sobre el minuto 60.
Luego los intercambios siguieron así:
Dos días más tarde me envió el siguiente mensaje:
-Se puede ser más hermosa en esta vida?

Ya sé que no necesitan escuchar más y que con esto es motivo suficiente para mandarlo a volar.  Les conté a Male y a Romi y ambas me pusieron cara de vómito.
A eso le respondí: WHAT?????

No me contestó nada. Pasaron 4 días y me mandó otro mensaje:
- Hola Vicky! Todo bien???? Yo trabajando aún, en un rato salgo.
Pensé: Y a mi qué me importa lo que estás haciendo ahora? O te pensás que esto es twitter? Pero no se lo dije, claro y no le contesté.
Al día siguiente:
Vicky, cómo andás? Te llegó mi mensaje de ayer?

No le contesté, no sabía qué hacer. Entonces me llamó como tres veces al celular mientras yo estaba en una reunión de trabajo.  Mi jefe me miró con cara de apagá eso ya o lo destruyo a pisotones. Lo silencié y no le devolví el llamado.

El mismo día a la noche me escribió:
-Bueno Vicky, como verás te llamé varias veces para invitarte a salir pero ni los mensajes me contestás. Estás bien?
-Estoy bien, sorry. Estaba en una reunión de trabajo- le contesté.

Pasaron dos días y me escribe:
-Hola! Cómo estuvo tu finde? Querés ir a tomar algo hoy?
-Estuve bien- le puse. Pero hoy arreglé plan, gracias por la invitación.
Al día siguiente:
-Si no te vas a ningún lado este finde me gustaría que te reservaras un día para salir conmigo.
No le contesté y por eso al día siguiente me escribió:
-Bueno, se ve que le prestás mucha atención a mis mensajes.
Ahí decidí ir por la honestidad brutal:
-Hola, te voy a ser honesta. No quiero salir por lo que te dije. Hubiera salido apaenas te conocí pero ya ni me acuerdo de tu cara. Sorry por no haber contestado antes, te lo digo para que sepas por qué no.
-Uy qué lástima- me dijo. No sé por qué pero me imaginaba que iba a ser muy positivo conocerte. Te llamaría pero no te quiero molestar. Y siguió:
-A ver...no te veo tan superficial como para pensar que el tema está en que no te acordás mi cra, si esa es la duda te comeno que no soy feo, jajja. Te hubiese creido si me decías que no te gusta haber conocido a alguien en el contexto que me conociste.
-Es cierto- le dije- Pero me sorprendiste con la charla y por eso te di el telefono pero paso tanto va y viene de mensajes que se me fueron las ganas. Me gustan los pibes mas decididos, nada mas....
Ahí es cuando esperaba que me mandara a la mierda. Pero no. Y contestó:
-Ok, no me manejé bien, lo asumo y esto de los mensajes no me va tampoco pero cuanto te llamé no me atendiste. jajja, estoy justificandome como si fueras mi novia. Me preocupa. Ponele fichas a esto Vicky!!
-jajaja, estoy por entrar al cine, hablamos en otro momento.
Tipo 12 de la noche y yo ya volviendo a casa me escribe:
-Estas para tomar algo o es tarde?
-Ya estoy en la cama- le dije.
-Qué lástima- me dijo. Te voy a insistir, valés mucho la pena. Que descanses!

¿Valgo mucho la pena? ¿Y el que sabe? Se lo dije.
-Ni me conocés, no sabés si lo valgo....
-Sos psicóloga acaso? Dormí, querés? Dejame decidir a mi si valés o no!
Desde ese momento no deja de escribirme y quiere salir hoy y no sé qué hacer.  Me estresa que sea una cita, me acuerdo que no era feo pero no mucho de su cara..

La duda metódica otra vez. ¿Qué hago?

lunes, 18 de abril de 2011

Sábado Sub 20

Sábado a la noche.  Fiesta en un lugar de Palermo que reunía a todos los extranjeros de Buenos Aires.
Fuimos con Romi y con Javi. Pensé que tal vez me encontraba con alguien. Pero no.
¿Desde cuándo los chicos de la matiné pueden ir a bailar a la noche?
Primero, eran todos argentinos.
Segundo, la edad promedio era de 24 años (algunos que entraban parecían de 16)
Tercero, todos medían un metro sesenta, lo que dejaba bien en claro que eran todos argentos, que en general, son medio enanos.
¿Y  los rusos, eslovacos y alemanes? ¿Los franceses, ingleses y españoles? ¿Dónde estaban?
Terminamos en el automac.

Después del sábado decidí que voy a dejar de salir los sábados.

La revancha

Me pasó a buscar 15 minutos pasadas las 10. Decidí no volverme loca esta vez con el atuendo.  Un jean, remera y botas.
Tenía sus anteojos puestos y me estaba esperando en la puerta del auto.
-Bueno, aquí estamos-le dije con una sonrisa.
-Así parece- me dijo y me dio un beso en la comisura.
Rumbeamos para un restaurante que eligió él y al que por pura casualidad yo había ido con todos mis novios y amores de turno. (Si hay algo que no me pasa es evitar lugares por haber ido con una u otra persona, repito y repito lugares. ¿Me habré vuelto insensible?)
Llegamos y tuvimos que esperar un ratito la mesa. Mientras charlamos en la barra, dejé que el silencio hiciera lo suyo y no me apresuré por llenar vacíos.  No fue necesario.  La conversación empezó a fluir en un ida y vuelta natural, esta vez, habló más él. De su trabajo, su familia, sus sueños y frustraciones.  No dije mucho, lo escuché. Sólo hablé cuando me preguntó.
-Entonces...¿Hace cuánto estás sola?
-Varios meses ya.
-¿Y cómo venís con eso?
-Te contesto esto y te hago una pregunta. Sí, vengo, de la manera que puedo. Con altibajos. Ahora ¿tenemos que contarnos nuestras historias tristes?
- Mejor no. Tenés razón.
Hablamos de sus viajes, de mis viajes, de nuestros amigos, de los proyectos a futuro.
-Quiero sentar cabeza, en algún momento.  No puedo seguir la vida como un adolescente.
-¿Cómo que no?- dije. Yo lo hago todo el tiempo- rematé.
- Si, pero en algún momento hay que ponerse las pilas. Calculo que te pasa cuando conocés a la persona indicada.
-¿Creés que hay una persona indicada?
-Si, creo que sí.  Creo que sólo hay una para cada uno.
-¿No te parece un poco frustrante ese pensamiento?
-Si, pero no lo puedo evitar. Será que así me criaron y que mis abuelos estuvieron juntos hasta el final y se adoraron.
[Nota mental: Resulta que me topé con el único hombre en el hemisferio sur que cree el cuento de la media naranja. El famoso "soul mate". Lo único que me faltaba.  Un romántico que cree que el amor es para siempre y que sólo existe una persona para nosotros. ¿Y si vive en China? Bueno,  sería mejor que viviera en Francia, en Irlanda o en Brasil. ¿Y si resulta que nunca conocés a esa persona? Mi cinismo es preocupante pero no puedo hacer otra cosa.]
De todos modos, hubo algo en su manera de pensar que me hizo ilusionar otra vez, aunque sea por un instante.
Sin embargo pensé que era una iluso, un poco infantil y con los pies a 10 metros del piso. Me pareció que estaba un poco grande para pensar de esa manera, pero era lindo, simpático y además me lo había encontrado tantas veces que algo seguramente debía significar.
Volvimos a casa y en la puerta me dijo que quería volver a verme y que lo había pasado muy bien.  Me agarró de la cara, me miró y me dio un beso de telenovela, de esos lindos, de esos perfectos.
Es demasiado bueno para ser real. Fue lo primero que pensé mientras me besaba. El corazón me empezó a palpitar rápido y sentí cómo las hormonas totalmente traicioneras y mentirosas querían hacerme sentir que estaba besando al amor de mi vida.
Nos despedimos y subí a mi casa.  No intentó subir.
No me podía dormir. Casi que no dormí en toda la noche y así llegué a trabajar al día siguiente.
La tropa estaba revolucionada por la salida de la noche anterior.
-¿Cómo te fue ayer?- dijo Male totalmente sacada.
-No sé. Bien supongo. Me siento rara.  Me gusta, creo.  No sé, cree en las almas gemelas. ¿No es raro? De todos modos, se me pasó la exaltación que tenía, lo que hizo todo mucho mejor. ¿Y ustedes?
-No sabés lo que pasó ayer.  Mica se le tiró encima a Franco. Estábamos todos bastante entonados, yo incluida. Tuve que sacarme de encima toda la noche a Sergio que me quería acorralar contra la puerta del baño.   Mica estuvo tremenda, lo buscó toda la noche y él le daba bola pero no tanta.  Mica piensa que es gay pero yo creo que ella simplemente no le gusta. Tal vez le gustás vos.
-Pará, los tipos no son así. Aprovechan todas las oportunidades que tienen. Lo hubiera hecho, hubiera intentado algo con ella.
- Si, puede ser.
- Y hablando de Roma........
Sonó mi interno. Llamada del 1065.
-Hola.
-Hola ¿cómo estás?
-Bien. ¿así que lo pasaron divino ayer?
-Si, estuvo bueno.  Pensé que ibas a venir.
-Dije que no podía.
-Ya sé, pero tuve el presentimiento que al final ibas a venir igual.
-Bueno, no te funciona muy bien el presentimiento entonces.
-Epa epa. ¿Qué pasa?
-Nada. Mal día, después hablamos.

¿Será que las mujeres somos así? Queremos y queremos algo y cuando lo tenemos, no sabemos si tanto lo queremos.......

jueves, 14 de abril de 2011

El grupete II

El grupete quiere salir otra vez hoy.  Les dije que no, que tenía plan. Se lo dije a Franco directamente que me llamó a mi interno (1065 por si no se acordaban).
-No puedo, salgo con mis amigas- mentí.
- Qué lástima. No va a ser lo mismo sin vos.  Seguro que tenés historias no tristes para contar también.
-Puff, no te das una idea. Pero no, hoy no voy. La próxima.

Así, sin más y cero remordimiento le dije que no a la bestia.
Nervios muchos para hoy, como antes de las pruebas de matemática en el colegio.
Nota mental: Nada de alcohol ni tabaco.

No todo lo que brilla.....

Las citas que prometen.  Me acordé de una de hace muchos años. Fue un levante callejero, que de movida, tiene mala prensa.  Sin embargo a mi me encanta.  La creatividad o el ingenio y el coraje a la orden del día.   Ese momento mágico en el que caminando por la calle cruzás impunes miradas con un desconocido al que no vas a volver a ver nunca más.  La impunidad de los dos segundos de contacto visual. 
Esa vez venía absorta en mis pensamientos y lo vi caminando por la veredad de enfrente. Alto, morocho, gafas de sol y ambo de médico. Sí, siempre pensé lo mismo: "El ambo garpa". Que me duele acá y acá, y más allá.  Sí, eso pensé yo también.  
Y lo miré, más de dos segundos, y el también, más de dos segundos y cuando lo crucé me di vuelta y él se dio vuelta y detuvo su marcha.  Ahí me agarró el ataque de pánico. ¿Y ahora qué hago? ¿Camino más despacio o más rápido? ¿Me doy vuelta otra vez o acelero el paso sin mirar atrás? 
Caminé a una velocidad inusualmente lenta. Fui el peatón más prudente y esperé todos los semáforos. Casi  llegando a la esquina me tocó el hombro.  
-Disculpame pero ¿te conozco de algún lado? -me dijo (cero creatividad pero mucho huevo)
-Ah, yo pensé lo mismo de vos- le mentí. 
-¿Acaso no estuviste enferma hace poco?- dijo con esa línea que seguramente utilizaría siempre (cero creatividad pero remo a la vista)
-  No, la verdad que no.-le dije. 
-Disculpame el atrevimiento pero ¿crees que habrá alguna posibilidad de vernos otra vez? -balbuceó. 
-Si, ¿por qué no?-me apuré.  Y le di mi mail. Va contra mis principios, pero me pareció lo menos invasivo teniendo en cuenta la mala prensa del levante callejero.  
Acá una reflexión: El levante callejero tiene mala prensa.  A mi me encanta.  Me parece que el pibe que se atreve a hablarte en la calle, merece la salida por los huevos solamente. Si te encara con altura mucho más, pero igual está bien.  Sin embargo, ese mismo, es seguro el que va al bar y al boliche y ahí sí le das una chance. ¿Por qué, eh? ¿Si somos los mismo en la calle o en el bar?. Fin de la reflexión.
Nos despedimos y creí volar. Volví flotando a la oficina como Mary Poppins y pensé: "Acabo de conocer al amor de mi vida." 
Así, durante esas dos cuadras me imaginé casada con Alberto con tres hermosos niños correteando alrededor en una linda casa con jardín de flores, mientras él  hacía un asado para todos nuestros amigos y yo tomaba vino y me reía y lo abrazaba mientras él daba vuelta las morcillas. 
Jamás pensé que después de una hora de cita en una terracita de Palermo iba a estar mensajeandome con mi hermana en el baño desde mi celular ideando todo tipo de excusas y artimañas para salir huyendo de la cita con el "ex hombre de mi vida". Medico, músico, terrateniente, cantante, fiel, pero un embole. Sin humor, vanidoso y no le interesó saber ni mi edad, ni mi estado civil, a qué me dedicaba o cómo se componía mi familia.  Y yo lo escuché ( porque tengo una buena habilidad para eso) y puse cara de: "Ah, muy interesante lo poco interesante que me estás contando". 
En menos de dos horas había inventado una amiga imaginaria que se mudaba a una casa imaginaria y yo debía ayudarla con mi auto imaginario a llevar las cosas imaginarias.
Huí despavorida y pensé: "Qué lástima. Pintaba taaaaan bieeeennnnnn!".Claramente, será el hombre de la vida de alguien más....

¿Te sentís identificada con lo que leés?o?

El "Hollywood" que nos arruinó la vida....

  • Atonment
  • Before Sunrise
  • Before Sunset
  • Corazones abiertos
  • Cumbres borrascosas
  • Don Juan de Marco
  • Frankie & Johnny
  • Los puentes de Madison
  • Lost in translation
  • Love Actually
  • Metroland
  • Once
  • Pride and prejudice
  • Punch-Drunk Love
  • Sense and sensibility
  • The Notebook
  • Un casamiento inolvidable
  • Une liaison pornographique
  • When Harry met Sally

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