Datos personales

Soy Licenciada en RRHH y después de muchos años volví a la soltería. No creo en nada pero ¿Qué hacés si una numeróloga te dice que vas e encontrar al amor siguiendo un número exacto? ¿Matás a la amiga que te la recomendó o empezas a prestar atención? De eso se trata.

jueves, 31 de marzo de 2011

La Bestia

Dos días y la oficina ya es un revuelo.  Esto particularmente se relaciona con la llegada de "la bestia" y con el hecho que nuestros compañeros de trabajo son lo más parecido que vi a la galería de los monstruos del Italpark y el tren fantasma, los dos juntos.  La gente no es particularmente linda.  Alto porcentaje de hombres casados que se dividen en dos grupos.  El primero es el que va de los 40 a los 50, a los que ya les pegó el viejazo y se matan con el gimnasio y viven a ensaladas.  El segundo grupo, el de los 30 a los 40, son los que se echaron a perder y se abandonaron a las delicias de la vida conyugal.  Echaron panzas y peladas y se comportan como si ambas cosas fueran invisibles para nosotras que tenemos que verlos todos los días mientras se ríen y hacen chistes de doble sentido y le tiran los perros a cada pollera que pasa.  Pareciera que haberse casado los hubiera convertido en animales enjaulados que miran y gritan tras las barras de las rejas y hacen todo tipo de monerías para atraer la atención del sexo opuesto.
A veces pienso que con esta prensa que le hacen los hombres al matrimonio no dan ganas de tener un marido.
En este contexto "la bestia" es lo mejor que ingresó en los últimos doce meses a la empresa y claramente le hace muy bien a la comunidad femenina.  Hasta Mirta que tiene 60 años hizo un comentario al respecto.
Sin embargo, lo que me resulta un poco patético (aunque entendible teniendo en cuenta que trabajamos en la galería del terror) es que las computadoras se están descomponiendo cada vez más seguido y el área de sistemas tiene más trabajo que jamás en la historia. Cada vez que entra "la bestia" a nuestro piso hay tensión en el ambiente. Vuelan los codazos, los chistidos y los llamados a los internos. Las miradas van y vienen y todas (sí, tengo que incluirme) entramos en un estado de histeria absoluta.
No es para menos.  Si me dicen que es modelo lo creo. No es para menos. Alto, castaño claro, ojos miel, barbita de un par de días y mucho pero mucho perfume. Tiene tantas a favor que no me sorprendería que fuera medio nabo o un cuadrado total. Después de todo se supone que estudió "sistemas".
Más allá de eso, nada pasa en mi vida.  Aún sigo con la depresión post papelón y no tengo ganas de comunicarme con la gente.  Miro el teléfono cada dos minutos y me lo lleva hasta al baño (ayer casi se me va por el inodoro). De todos modos sé claramente que no me va a volver a llamar.
En una de esas me llega un mensaje de Diego. - Holis! qué tenés pensado para maniana??????? Querés que hagamos algo? Qué hicistesss estos días? Llamame!!!!! :)
No le contesté pero si sigo así tal vez lo llame, siempre y cuando el plan no sea ir al "Showcase Cinema" porque ahí sí que me mato. Creo que en mi estado puede dejar pasar el exceso de "sssss".
Por lo pronto hoy nos vemos con las chicas.  Unos drinks, charlar un poco y sacarme esta mufa de adentro.
Mañana voy a hacer uso de mi "home-working" y me voy a quedar en casa trabajando.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Nada

No me llamó ni me llamará. Esto lo-tengo más que claro. LLegué a casa y me puse el camisón, me preparé una sopa y me metí en la cama a ver tele.
Suena el teléfono.
-¡Hola trola! ¿Cómo te fue en tu cita con Hernán?
- Como el traste Cata, como el reverendísimo traste.  La verdad es que no tengo muchas ganas de hablar.
-Pará un poco, no te vas a poner así por una cita. ¿O sí? Si ya te empezás a angustiar y a frustrar no tenés idea el camino que te queda por recorrer todavía.
- Es que hice papelón. Mal. Me puse en pedo, no tomé mucho, pero viste que me fumo un puchito y el alcohol se me ramifica por todo el cuerpo. Dije boludeces, me puse medio pesada.
 - ¡Uh, malísimo! ¿Tan malo fue?
- Creo que sí. Cuando me levanté a la mañana y recordé todo, me quise matar. Así que fue lo suficientemente malo.  No debería estar mal porque la bruja me dijo que en diez meses pero....
-Bueno, la verdad es que la bruja le pifia un toque con las fechas.  El resto te lo saca posta. A mí hasta ahora me pasó todo lo que me dijo pero no en el tiempo que ella dijo. A veces antes, a veces después.
- ¿Me estás jodiendo? Gracias.  Ahora me siento mucho mejor enterándome que seguramente arruiné todo con el amor de mi vida. Igual, no entiendo por qué desde que fui a esta bruja me obsesioné con esto.  Ya te dije que no existe tal cosa.  No hay ni alma gemela, ni el amor de la vida ni tu media naranja, ni manzana, pera o mandarina.  Existe gente más o menos compatible que, si por una cuestión de "timing" llegás a conocer cuando él está dispuesto, vos estás dispuesta y tienen una edad razonable en la que ya hicieron todo lo que hay que hacer, viajaron y jodieron todo lo que hay que joder, recién ahí podés pensar en otra cosa.
- Me parece que te estás poniendo un poquito cínica. Yo creo en esa persona que es capaz de acompañarte y amarte y ser ese alguien que te entienda y te ame de verdad. Y creo que vos también sino no estarías tan triste y enojada. ¿Qué perdiste en definitiva? Si para vos no existe un hombre que sea para vos......
- Hay pocos hombres para mí, lo sabés bien. No me engancho con cualquiera. Y si me engancho, hago estas burradas.
-Tenés que estar tranquila. Vos todavías estás mal y es lógico. Uno no se repone de una separación de un minuto al otro, yo lo sé muy bien eso, sino mirame a mí.  Aunque querramos que sea algo instantáneo, hay pequeñas secuelitas que solo se borran con los años.  Cuando uno amó de verdad no es fácil sacarse un saco y ponerse otro.  Tu piel es la misma y vas a tener que mutarla, como hacen las iguanas o esos bichos, y no tener miedo de mutar.  No son todos iguales y vos sabés que podés amar. Tenés que estar tranquila que eso, siempre vuelve.
- Gracias Cata. Siempre me hacés bien. Gracias por lo que me decís. Igual me siento como el tujes. Me tomo la sopita y a la cama.
- Tranquila. ¿Salimos mañana al final? ¿Le avisaste a las chicas?
- No, no hablé con nadie. Avisales vos.
-Chau.
-Besito troli.
Me quedé pensando en cómo la gente que me quiere me augura que encuentre una pareja porque soy "divina, buena, linda, inteligente".
Ni siquiera sé si es lo que quiero.  No es la única posibilidad. Podría pasar que soy una tía fantástica y una madrina genial de los hijos de mis amigos. De hecho, es lo que pasa ahora y la mayoría del tiempo se siente bastante bien.  Por primera vez estoy empezando a pensar que esa vida no es tan terrible como todos te lo quieren hacer creer y que la idea de un amor "real" (y no esas chantadas de parejas mentirosas que conozco) no es algo que se le da a muchos.  Quiero algo honesto, sincero y puro. Algo sin trampas, sin estrategias ni juegos ni especulaciones.
De todos modos pareciera que nada es para siempre. Aunque si pudiéramos relajarnos y disfrutar el "mientras dure" es posible que pueda durar "toda una vida".

La vacuna antifiasco

La cagué. Me puse en pedo. Desastre. Recordé un par de citas en las que por "h"o por "b" hice algo que estaba mal porque el sujeto me gustaba mucho.
Tendría que existir una vacuna que neutralice el efecto que producen las feromonas en la psiquis y que te hacen hacer cosas que te llevan a tu propia ruina (ataques de locura, llamados desubicados, ebriedad prematura, etc, etc, etc). Cuando alguien me gusta, debería poder inyectarme esa vacuna.
Mi comportamiento cuando alguien no me gusta tanto es impecable.  Ya lo he comprobado.  Estoy desatenta, metida en mis temas, ni me importa lo que me voy a poner para la cita. En definitva, voy relajada.  Y eso, eso mis queridas amigas, es dulce para las moscas.  Los hombres te llaman y no paran de llamarte.
En cambio ahora dudo que me llame. Me quiero matar. No sé si angustiarme o reirme por boluda. [Nota mental: No beber más de una copa  ni fumar más de un cigarrillo si te gusta mucho].
-¿Viste al nuevo de sistemas?- me dijo Male descontrolada cuando entré hoy a la oficina.
-Si, lo vi.  No me acordaba, lo había entrevistado Sergio hace un tiempo. Igual ahora no puedo pensar en eso. Entré en depresión.
Male siguió como si nada.
-Se llama Franco. Entró ayer. Está más bueno que el dulce de leche. De ahora en más cago a palos mi computadora para que me la venga a arreglar.
- Ja ja, bueno, dale. Hacelo así después te aplico un para de sanciones. No me va a llamar Hernán otra vez. ¿No?
- Y....hasta que no soluciones tu temita en alcohólicos anónimos me parece que no! Ja ja ja.
- Sos malvada, mala compañera. Entré en depresión profunda y no recibo ninguna contención.
Y cuando me paraba para ir a la cocina aparece mi jefe Sergio con Franco.
-Chicas, les presento a Franco, él va a ayudarnos en el área de sistemas. Vicky y Male.
- ¡Hola! - dijimos al unísono como Nu y Eve las mellizas del nueve.
- Hola. Nos vamos a ver seguido. Ya saben si necesitan algo, mi interno es el 1065 - dijo Franco. Se fueron siguiendo su recorrido.
-¿Viste Male? ¡¡¡El interno!!! El número! ¿Es casualidad?
- Si, dale. Vos mejor hacé una cita con un grupo de autoayuda para dejar el alcohol.

martes, 29 de marzo de 2011

Flotando entre algodones y alcohol

Me pasó a buscar puntual.  Yo estaba lista y esperé sentada en el sillón.  Tocó el timbre y salí rápido (no quería hacerlo esperar). Me estaba esperando en la vereda, junto al auto.  Tenía puestos anteojos y le quedaban divinos. Una camisa blanca, jeans y unas zapatillas cancheras.  So far, el hombre ideal.
-¡Hola! ¡Qué linda estás!- me dijo y me dio un beso. Tenía un perfume exquisito.
-¡Hola! ¿Cómo estás?- lo saludé.
Nos subimos al auto. Enseguida me sentí cómoda.  Hice un chiste sobre los anteojos (que necesitaba para manejar) y me preguntó qué tenía ganas de comer.
-Cualquier cosa- dije
-¿Sushi?
- Sushi si- le dije.
Rumbeamos para Palermo y fuimos a un restaurant nuevo japonés super super top. Había una reserva a su nombre.
Empezamos a hablar y fue como si nos conociéramos desde siempre.  No, no fue eso. Sabía que no lo conocía, pero estar con él me fue algo muy familiar. Es diseñador gráfico, trabaja en una empresa internacional, vive por Palermo (a tres cuadras del bar) y tuvo tres novias en su vida.  Tiene 36 años, un perro que se llama Nando y tres sobrinos por parte de su hermana. Madre y padre separados, ambos volvieron a formar pareja.
Me presenté como soy aunque obvié el detalle del novio que se fue con la compañera de Tae Kwondo.
Nos reimos, yo tomé y tomé para pasar el momento de nervios, no mucho pero un par de Martinis. Realmente hacía mucho tiempo que no salía con alguien que realmente me gustara. Me reía, me tocaba el pelo, saqué a relucir mi Vicky iluminada, esa que se inspira cuando algo le gusta mucho.  Pero bebí de más, lo sé bien porque cuando fui al baño del restaurant en algún momento de la noche que no recuerdo, me miré al espejo y dije:
- Estoy medio ebria, medio entonadita. Pero puedo hablar bien. Este chico me gusta muuuucho, posta que me gusta muuuuucho. No la tengo que cagar ni decir nada fuera de lugar. Nada pedorro, todo bieeeeen como hasta ahora. Me pinto un poco los labios ahora. Uy, no tengo el briiiillo, melolvideeeeee. Probé un para de caras. Verifiqué que no hubiera ningún alimento entre los dientes. Sonreí varias veces y me acomodé el pelo.
Así volví a la mesa. Hoy recordé ésto:
- ¿Y entonces?
- ¿Entonces qué?
- Nada, digo. ¿Cómo fue que me dejaste el papelito en el bar?
- ja ja ja. Nada, te dejé el papelito en el bar, me gustaste y quería conocerte.
- Ah, ¿¿siiii? ¿¿¿Te gusté??? jajaja. ¿Mucho?
- Bueno, sí, bastante como para pedirte el teléfono-
- Menos mal que fue así porque yo te vi y se me paró el corazón de golpe. Sentí algo fuerte. Amor a primera vista. jajajajajaja.
- Bueno, jajaja, no sé si para tanto. ¿Para tanto?
- Bueno, bueno, no seeee. Tal vez amor, lo que se dice amoooor no. Pero como que me impactaste. No sé. Esooooo. Me impactaaste....Y la segunda vez. ¿No fue loco la segunda vez? ¿No te pareció re re re raro que nos cruzáramos por el centro? ¿No te parece de lo más bizarro, raro, extraño? ¿No es mucha coincidencia?
-Si, la verdad que un poco raro. Vos también jajajaja. También me impactaste ¿Vamos yendo mejor?
-Bueno, daaale. ¡Vamos!
Pidió la cuenta y pagó.  Para ese momento, me sentía realmente en pedo y quise disimular.  Me esforcé para salir caminando derecha del restaurante.  Hablamos de otras cosas que no me acuerdo bien. Llegamos a la puerta de casa y cuando me voy a bajar le digo:
- ¡Lo pasé re bien! ¡Gracias!  Estuvo todo re re re lindo. Y le meto un beso en el cuello.
- ¡Gracias, yo también! ¿Hablamos, dale?

Me bajé del auto. Ahí me di cuenta que estaba realmente ebria. El alcohol me jugó una mala pasada. Estaba re nerviosa y entre medio me fui al patio que había a fumar un pucho. Error garrafal.  Imagen lamentable.  Cero cultura alcohólica.
Me encanta, me encanta, me encanta. Yo creo que le gusté, al menos en algún momento de la noche le gusté, después ya no sé.
Honestamente, no creo que me llame más. Soy un fiasco.

Llamó

Suena el teléfono.  Es él. No llego a atenderlo y me quiero matar. Me llama mi jefe para hablar de un tema.  Vuelvo a mi escritorio y vuelve a sonar el teléfono. Es su número.
-¡Hola Vicky! ¿Cómo va? -me dice con bastante buena voz y humor. Le respondo igual.
-Bien ¿y vos?
-Re bien por suerte. ¿Salimos hoy no?
- Si, claro. Bah, si ¿no?
- ¡Obvio! Pasame la dire por mensaje de texto y te paso a buscar por tu casa. ¿Te parece a las 9 y media?
- Si, si. Me parece.
-Bueno, nos vemos. Un beso.
- Otro.
Me late fuerte el corazón. Fuerte fuerte fuerte.

Sueño

Soñé que Hernán era casado. Me quiero matar. Menos mal que no lo conté en ayunas.

lunes, 28 de marzo de 2011

Amor a segunda vista

- ¿Me estás jodiendo boluda?- me dijo Male mientras le contaba lo que había pasado cuando salí a hacer un trámite. Después se calmó y me dijo: -¿Viste? Vos no querés creer en la coincidencias. Vos no querés leer a Chopra pero el destino es el destino. Por algo pasa todo - terminó aún shockeada. Después se acordó y me dijo: -Bien que te tenías bien guardado este amor a primera vista eh! Después se fue a preparar un café.
La llamé a Luli inmediatamene y le conté lo que había pasado.
Salí al banco. Rumbeé para Florida como siempre. Venía escuchando música, abstraida del mundo. Y exactamente de frente y en la misma dirección, ni de la mano derecha, ni de la mano izquierda venía caminando Hernán.  Exactamente por el medio, exactamente hacia mí. El corazón se me paró otra vez (amor a segunda vista, y segundo pseudo paro cardiorespiratorio).
Ahí empecé con mi pensamiento obsesivo compulsivo.
 ¿Y si no me reconoce? ¿Y si me pasa de largo qué hago? ¿Lo saludo o no?
 El venía hablando por teléfono y de pronto me vio, dijo algo y cortó. 
-¡No lo puedo creer!- me dijo con una sonrisa (ahí le vi esos dientes blancos perfectos)
- ¡Yo tampoco! - contesté con risita nerviosa.
Ahí ocurrió esa incómoda situación en la que él me intenta dar un beso en la mejilla y yo me paro un poco en puntas de pie y en vez de un beso termina siendo como un raspón de caras.
- ¿Qué hacés por acá?- le dije.
-¿Y vos por acá?- me contestó.
Hice como que no me di cuenta que mi pregunta era de lo más idiota y el fingió exactamente lo mismo.
-Trabajo por acá- le dije.
-Yo no, vine por el centro por unos trámites pero odio andar por acá- me contestó y siguió: -Trabajo por Nuñez.
-¡Ah, mirá vos! -dije medio nerviosa.
- Bueno, supongo que no esperaba que nuestro primer encuentro fuera en el medio de Florida y en la jungla del cemento pero ¿Por algo pasó no?- me dijo (otro que lee a Chopra pensé)
- La verdad es que esperaba llamarte cuando estuviera tranquilo para invitarte a salir uno de estos días-dijo. -¿Qué te parece mañana martes?- preguntó.
-Me parece re bien- le dije. Creo que mi cara estaba en llamas. Todos mis encantos parecían haberse escurrido por la rejilla que estaba pisando y que seguro daba a una cloaca. Casi no pude articular palabra. Me limité a contestar con monosílabos, a reirme nerviosa y a rezar para que se me fuera el fuego de la cara.
-¡Qué distinta estás de oficina!- me dijo. Linda pero distinta- terminó.
Ahí hubiera querido desaparecer de la verguenza.
- Ehhhh, vos también- le dije. Estás lin.....distinto- terminé casi en un hilo de voz seguido por una toz (que no tengo idea de dónde salió).
- Si, a veces uno debe vestirse de persona seria- se rió.
- ¡Y.....si....!- le dije largando una carjacada de lo más desubicada que se repitió tres veces (después de todo no dijo nada re gracioso y mi sentido del humor suele ser más exigente que eso).
-Bueno¿ Te llamo mañana y arreglamos dónde y cuándo?- dijo como despidiéndose mientras se agachaba levemente para darme otro beso.
- ¡Síiii, dale!- le dije y esta vez le emboqué un sentido beso en su cachete con barba de días.
Siguió su camino y yo el mío. Mientras caminaba me di vuelta para ver si era real. El se dio vuelta también y me sonrió y me saludó otra vez con la mano. A partir de ahí seguí caminando sin rumbo y me pasé tres cuadras del banco.
-Me estás jodiendo boluda!!!!- me decía Luli mientras gritaba del otro lado del teléfono. O es el amor de tu vida o es un psico que te está persiguiendo, una de dos- me dijo.
-Te siguió escondido el otro día mientras te ibas del bar, supo dónde vivías y se paró en la puerta de tu casa hoy y te siguió hasta el trabajo. Se quedó esperando en la esquina a que salieras y después dio la vuelta y te encontró de frente. Jajajaja. Esta historia es genial- decía Luli riéndose a carcajadas. -¡No lo puedo creer!- Tengo que llamar a Cata para contarle.
- Pará- le dije. A Cata le cuento yo mejor- y colgué.
Cata era la única que le iba a dar un sentido a todo esto. Me iba a preguntar algo de los números o algo así e iba a sacar sus conclusiones. Además ella era asidua clienta de la bruja.
A la noche le mandé un mensaje a Diego. Fui mala. Mandé ese mensaje que odio que manden, odio leer y no tiene sentido alguno y ahora sé que cuándo lo usan es por algo así.
"Hola Diego, mañana se me complica, mejor lo dejamos para otro día"- le puse.
"okis, mala" me contesta por toda respuesta.  ¿Cuándo carajo va a dejar de ponerle "s" a todo lo que dice? El "mala" me lo merecía tal vez.
¿Y ahora qué mierda me pongo? ¡No tengo nada! La llamé a Luli otra vez y consensuamos el vestuario.
Antes de dormir miré el número de su celular en el mío 1151566150.

Mensaje de texto

Luz roja en el teléfono.  Número que no conozco. Mensaje de texto que dice: - Hola. Cómo estás? Soy Hernán y vos? No me dejaste tu nombre. Sorry que tardé en contactarme, estuve afuera. Me escribís?
Quedé estupefacta. Pensé que jamás se iba a contactar. 
Respiro profundo. Le contesto: -Hola! (no mejor sin el signo porque es exagerar). Va otra vez. 
-Hola. Cómo estás? Soy Victoria. Cómo te fue en tu finde? 
Se lo muestro a Male a ver si le parece "ok". -Sí, está bien me dice. Corto, sobrio y buena onda.-concluye.
¿Desde cuándo el contacto con el sexo opuesto se volvió un juego de estrategia en el que si algo falla (un signo de más o de menos) se va todo a la mierda? ¿Es cierto que si tiene que ser va a ser "no matter what"?
Se lo mandé.  Ahora a esperar.
Y mientras espero, se abre la puerta de la office y entra un ser de otro planeta.  Male me mira. La miro. Nos reimos. Seguimos mirando las compus.  ¿Pero quién es esa bestia? Ya averiguaré.  

domingo, 27 de marzo de 2011

Amor a primera vista masculino

Hernán no llamó, ni escribió ni mandó mensaje de texto.  No importa.  Mejor dicho, me importa pero estoy tratando que no me importe.  Total no pasaron diez meses y nada hasta ahora refiere que algún número lo señale a él.  Ya estoy loca.  ¿Estoy tomando en serio a la numeróloga?  Es que el tema del amor a "primera" vista me dejó un poco movilizada.  Y de pronto, las cosas empiezan a aparecer. Se empiezan a repetir. De pronto, todos se enamoran a primera vista.
El otro día en una cena con mis amigos uno de ellos contó que se enamoró a primera vista en Uruguay. Ella uruguaya.  La vio en el boliche y le habló y le dijo que el viajaba por trabajo seguido a Uruguay la próxima vez que viajara quería invitarla a salir. Ella le pasó el mail y el le mandó un mail. Ella no contestó. El le mandó otro mail. Ella no contestó.  El la buscó en facebook y la encontró.  Le mandó un mensaje por ahí y le preguntó por qué no le contestaba a sus correos.  Nos contó que estaba loco y que entraba al facebook diez veces (10) por día para ver si ella había contestado.  Ella le contestó después de dos días (2). Empezaron un intercambio de mails ida y vuelta buena onda.  Se entendían perfectamente.  A él cada vez le gustaba más y parece que él a ella también. El le dijo que viajaba para verla y ella le dijo "te espero".  El la fue a buscar y ella subió al auto y a los cinco minutos se estaban besando apasionadamente. -Amor a primera vista- decía.  -Cuándo la vi me enamoré- agregó. -Sentí una vibración en todo el cuerpo y después de eso supe que tenía que conocerla sí o sí.  - Y cuando la conocí sentí que la conocía de toda la vida- dijo. -No le dije "te amo" porque me pareció demasiado, pero lo sentí- terminó.
Chupate esa mandarina. Ahora bien, acá va un paréntesis y reflexión con relación a los sexos.  Si él la persigue y consigue salir con ella a fuerza de insistencia es un romántico.  Si nosotras hacemos lo mismos somos psicópatas desesperadas.  El mundo es machista desde que el mundo es mundo.
Después de escuchar esa historia, caí en depresión. Sólo quería que Hernán me llamara. Para diversificar la atención en diferentes cosas, traté de pensar en los candidatos suplentes que tenía en el banco.  El mensaje de Diego me vino como anillo al dedo.
Conocí a Diego hace un mes más o menos, en un bar al que había ido con Cata y Male, mi compañera de oficina. Después de un par de salidas decidí no verlo más.  Sobre todo porque la última vez fuimos al cine "Showcase" y nos comimos una pizza en el patio de comidas.  Era sábado a la noche y la depresión fue tremenda. La pizza plástica y gomosa y la Pepsi light sin gas desataron mis impulsos suicidas.  Casi me arrojo por las escaleras mecánicas cuando me agarró de la mano "onda novios".
Después de eso me tuve que ir una semana de viaje por trabajo y pensé que era lo mejor para cortar con la onda.  Cuando volví me manda un mensaje de este tenor: -Hola!!! Volvistes mala y no me llamastesss!!!
¿Qué onda las "s" de más eh? - pensé.
Después de meditarlo mucho y para diversificar mi atención en otra cosa le contesté: -Volvísssss!!!!!!! Sí!!!!- Ahí me llamó y me invitó a salir. Salgo el martes.

sábado, 26 de marzo de 2011

Al fin un sábado verdadero

Después de tantos falsos sábados está bueno que hoy sea un sábado verdadero.  Me levanté con un leve dolor de cabeza y flashes de la noche anterior.  También pensé en Hernán y si ya habría ido a buscar el papel al bar.  De pronto me acordé que no le dejé mi nombre. ¿Pero soy boluda? Ahora vamos a tener que tener esta incómoda conversación en la que me dice: - Hola, soy Hernán, el del bar que.....- Y yo ahí le digo: Hola qué hacés, sí obvio que sé quien sos. Y ahí voy a tener que decirle cómo me llamo, porque obvio, no se lo escribí.  Espero que el me lo pregunte primero.  No, mejor prefiero decírselo yo. Aunque conociéndome voy a exagerar y voy a quedar como una naba y dejar en evidencia que me puse nerviosa por el papelito y fui tan torpe de anotar el teléfono sin el nombre.
Me imagino algo así:
-Hola. Habla Hernán- me dice.
-¿Quién? ¿Qué Hernán? -le digo.
-El que te dejó la nota en el bar. ¿Y yo hablo con.....?- me contesta.
- Ah, jajajaja (con voz de boluda). Si, soy Vicky. Sorry no te dejé mi nombre. Claro. ¿cómo ibas a saber cómo me llamaba? No te lo dejé, siempre me pasa, jajajjaja, en la oficina a veces lo que hago es que.....-
¡¡¡¡¡No, no y no!!!!!!!! ¿Nena qué hacés? ¿Sos boba? Apagá esa radio y hablá como alguien normal. Aprendamos a manejar los nervios. Corten. Vamos de nuevo.
- Hola. Habla Hernán- me dice.
-Ah, hola. ¿Cómo estás? Yo soy Vicky, creo que no te lo anoté- le digo.
-Lindo nombre, Victoria. Me gusta.- me contesta.
-Si, la verdad es que me gusta mi nombre - le digo.
-Te gustaría encontrarnos en el bar a tomar una cervecita hoy a la tarde- me dice.
- Si, me encantaría - le digo
-Dale. ¿A las cinco te viene bien?- me dice.
-Perfecto- le digo.
¡¡¡¡¡Vamooos nena!!!! Ahí mucho mejor.

Tengo que trabajar y aunque me muero de ganas de ir al bar me parece que no debo.  Si me lo encuentro va a pensar que lo estoy acechando.  Después de todo, es mi bar también. ¡Qué tanto!
Pero igual no voy a ir.  Y sino me llama, lo voy a aceptar.  Basta con esta manía de no aceptar que podemos no gustarle a todo el mundo.  Hay algo que se llama ego y que últimamente está más hinchado que pibe con brote de alergia después de comerse un marisco con marea roja. No le podemos gustar a todos y hay que bancársela.  Como yo me banco tener amantes esporádicos, porque claramente, no les gusto tanto.  O tal vez, les gusto, pero en la lista hay varias amantes más.  Tal vez yo soy la del jueves y el domingo.  Ahora que lo pienso, si yo tuviera más amantes, me volvería menos esporádica.  Voy a reflexionar sobre el tema.
Lo traigo a colación porque ayer a las 8 de la mañana (mejor dicho hoy mismo) volviendo de una noche que fue "cualquieeeeeerrra" Matías, que es amigo del amigo del amigo de mi amiga me dijo algo así como: "¡¡¡Sos indescifrable vos!!!!!" Esto fue a los gritos en la calle mientras el portero baldeaba la vereda. -¡¡¡¡Nadie te puede entender nena!!!!!- me dijo.  Me dijo ese "nena" despectivo.  Estaba ebrio y por eso no llevé el tema a mayores teniendo en cuenta que insistentemente me dice que quiere salir conmigo y yo le digo que no. No me gusta. Esto es así. Te gusta o no te gusta.  Hay "mas o menos" a veces y el aceptarlo dependen del umbral de tolerancia que tengamos.  A mi no me gusta. Punto. Y él no lo acepta. Punto. Se emborracha y se pone violento.  Yo me subo a un taxi y me voy.  No necesito esto. Aprendamos a aceptar el rechazo. Es bien sano.
Ahora voy a trabajar en casa mejor.  Con el teléfono al lado.  Por las dudas.
Las posibilidades son: a) Me llama, b) No me llama, c) Me escribe mensaje de texto.
Prefiero la a). Este mundo virtual ronda con la esquizofrenia.

viernes, 25 de marzo de 2011

Amor a primera vista

- No creo nada de lo que me dijo esta bruja- le dije a Cata esa misma noche. -Mandó fruta-
- Te digo que la mina es buena, a lo mejor te pareció un poco abstracto todo porque vos no estás muy receptiva, pero vas a ver que de ahora en más te van a empezar a pasar cosas con estos números -me dijo para convencerme.
-Bueno, no sé. Espero no volverme loca con lo de los números - le dije.
- No, vas a ver que no, vos contame lo que va pasando y yo te ayudo a interpretar- me dijo y cortó.
Me quedé pensando en esto de los números y las repeticiones y las sumas y las restas.  
Esto del "hombre de tu vida" me dejó mal.  Instaló un concepto en mí que no tengo.  ¿Qué es esa pedorrada del hombre de mi vida? El hombre de tu vida es el hombre de tu vida justo cuando es el hombre de tu vida.  Mi novio de los quince fue el hombre de mi vida desde los quince hasta los diecinueve. Algunos de los otros novios que le siguieron ni siquiera llegaron a calificar.  Creo fervientemente que las únicas personas que pueden decir "el hombre/mujer de mi vida"son sólo los moribundos en el lecho de muerte en sus instantes finales.  Calculo que recién ahí podés evaluar cuál de todas esas personas dejó una marca indeleble. 
Pensé en los hombres del momento. Dos amantes esporádicos y varios amigos varones. Ningún amor.
Con todo el trabajo atrasado que tenía me fui a mi bar favorito con la compu. Me senté en la misma mesa y comí lo mismo de siempre. Saludé a los mozos, hojeé una revista y en ese instante entró él. Si esto no es amor a primera vista, no sé qué es. Tanto me gustó que ni siquiera puedo describirlo. Era muy alto y tenía en la mano Rayuela. Se sentó en la mesa de enfrente.  Y me miró fijamente durante unos segundos. Corrí la mirada.  De ahí en más se me nubló la pantalla de la compu, o la vista mejor dicho. Primera vista, pensé.  Amor a primera vista. Pero no existe tal cosa. ¿O sí? Uno se enamora de lo que cree que el otro puede ser.  Sin embargo a lo mejor te habla y tiene voz de pito o se ríe y tiene una pedazo de lechuga en el diente.  Eso pasa con el amor a primera vista, se sostiene con tan poco que cualquier cosa lo tira abajo.  
Sin embargo, no fue esto lo que pasó. Todo lo que hacía me gustaba. Cómo agarraba el libro, cómo se cruzaba de piernas, cómo tomaba el café.   Después de una hora de miradas sostenidas y evadidas pensé que algo tenía que pasar. O te levantás ya y te vas a tu casa o me hablás - pensé.  En ese mismo instante se  paró, pagó y se fue. Damn it! Yo sóla hice esto! El poder del pensamiento! Al final Depak Chopra tiene razón.
Si dos personas disponibles, que se gustan y se miran, finalmente se hablaran (en cualquier lugar en el que estén) seguramente se ampliarían las posibilidades de los encuentros.  En fin. De estas escenas, ya tuve muchas.  
Pedí la cuenta y preparé la plata (ya sabía cuánto era).  El mozo me trajo la cuenta y una notita que decía: "Tenés razón.  Te miré y no te hablé. Pero me arrepentí. Si tenés ganas dejame tu teléfono en este papel. Vivo cerca, mañana lo paso a buscar por este bar. Hernán".
El corazón me empezó a latir rápido.  El mozo me miró con complicidad.  Saqué la birome y anoté el número de mi celular y le di el papel otra vez al mozo. - Quedate tranquila que lo voy a guardar bien- me dijo.
Cerré la compu y sonreí. Lo del trabajo mejor lo termino mañana. 

jueves, 24 de marzo de 2011

La bruja

Feriado. Fiaca. Facturas para pagar. Facturas para comer con el café con leche y mi cita con la numeróloga.
-Mirá que vas a estar como dos o tres horas, ¿eh? -me dijo Cata.  Me tomé el colectivo y llegué hasta Caballito. Me atendió una secretaria (no sabía que las brujas tenían secretarias). Me hizo pasar al iluminado y bien decorado piso antiguo de la "numeróloga" (de ahora en más, la bruja). Por suerte, lo que vi no tenía nada que ver con el común imaginario de la vieja loca con sahumerios, tres gatos, dos perros, un loro, luces tenues y vestimenta de recauchutaje mezcla de feria americana y donaciones de ropa de tías muertas. La bruja era lo más normal del mundo. Me atendió en yoguineta, con una musculosa y sin maquillaje. Rondaba los 40 y tomaba mate compulsivamente. -Sentáte. ¿Querés tomar algo?- me preguntó. -Agua- le dije.  Me trajo un vaso de agua helada y como me lo tomé de un saque, se levantó y me trajo la botella. -Tomá lo que quieras- completó. Ahí me pidió nombre, apellido, año de nacimiento, y empezó a hacer cuentas de los más extrañas, uniendo números y separándolos de diferentes maneras. Miró y asintió con la cabeza. Claro- dijo. Yo abría los ojos y tomaba agua. -¿Claro qué?- pensaba. Pero esto no es apto para ansiosos (mi caso). Hay que tener paciencia y dejarse llevar por la paz que transmite. 
-¿Estás en pareja?- me preguntó.
Fue la primera pregunta que hizo. Esto me da la pauta que desde que el mundo es mundo, lo único realmente importante en la vida para todos es tener un amor. Un alguien para compartir, una media naranja, alma gemela o todas esas pedorradas que Hollywood inventó. 
Podría haber preguntado: -¿Tenés un trabajo ahora? o ¿Tenés amigos? Pero no. Preguntó si tenía pareja.
Todos queremos encontrar el amor parece y gracias a eso, esta bruja tiene el departamento tan lindo que tiene.
No- le dije.  ¿Querés preguntar por alguien en particular?- agregó.  Mmmm, sí. Por Agustín - respondí.
No viene el caso lo que dijo. Sigue siendo un turro para mí pero que se ahogue en su culpa si puede soportarla. Ese fue el resumen.
Después, empezó a garabatear sumas y restas y cuentas que supuestamente definirían mi destino amoroso (para ese momento ya me había bajado tres cuartos de la botella de agua y me estaba muriendo por ir al baño pero no quería interrumpir la inspiración y que le pifiara en las cuentas).
Con la vejiga a punto de estallar pero estoica en la silla, escuché lo que dijo.
- Mirá - empezó. -De ahora en más vas a comenzar un camino que va a ser intermedio, ni largo ni corto, en búsqueda de tu pareja.  Tu pareja va a ser un "par", un verdadero hombre (calculo que enfatizó en los antagonismos con el "turro"). Hay números muy fuertes acá. El 5 está presente, todo el tiempo. Pero también veo el cero que se repite y una combinación de ambos. Estamos hablando de 10 meses aproximadamente que vas a conocer al hombre de tu vida - concluyó. 
 Ahí además de haciéndome pis estaba perdiendo toda esperanza. ¿El hombre de mi vida? ¿Cómo puede afirmar con tanta certeza que existe tal cosa? Me indigné, pero mantuve la concentración para no hacerme encima. 
El 5, el 0, el 1 y todas las combinaciones posibles de esos números, restados y sumados son la clave de tu universo.  Ay, Cata-pensé. -Esto es una chantada- 
-Vas a conocer muchos hombres, pero cuando sea el correcto en algunos meses, te vas a dar cuenta porque va a tener muy presente estos números.-  ¿Pero qué números?- le pregunté insistente.
-El 5.  También el 1 y el 0 y el 6- contestó. 
-El cinco representa la inteligencia. Es la péntada- me dijo. -Es el número sagrado que representa luz, vitalidad e intelecto. Representa lo superior, los cinco dedos de la mano, los cinco sentidos, el éter. Es la división del 10, que es el número perfecto.
Ahí le dije: -¿Puedo pasar al baño? -Si, al fondo a la derecha- contestó. Ya era demasiado. Siempre fui pésima en matemáticas y me estaba hablando de los números que regirían y todas las combinaciones posibles.  ¿Cómo iba a saber cuál era el número correcto? Tenía ganas de llamar a Cata y putearla. Más que tranquilidad esto me iba a sacar canas verdes. Decidí volver y dar por finalizada la cita. 
Pero ella insistía. -De ahora en más, los números van a empezar a aparecer.  No es nada casual. La cantidad de veces que te encontrás con una persona, o los números telefónicos que marcás, o las fechas de nacimiento de la gente que conocés.  Todo va a empezar a confabular y los números que te dije, se van a hacer más presentes.  El por 1 por ejemplo, significa lo primero. Primera vista, tal vez. Pensalo. La próxima vez me contás.- terminó.
Dejé mi dinero sobre la mesa (lo consideré una donación para su departamento) y me fui.
El cinco, el uno, el cero.  Recordé cuando Luli se casó hace 3 años. El número que signaba su pareja era el "9" (se conocieron un 9, se fueron a vivir un 9, etc). Con Romi decidimos hacer un discurso de casamiento (al mejor estilo norteamericano) hablando de ese número. Todo era increíble, todo era genial, el 9 "el número de la vida, del amor, de los hijos, de las lunas, de no se qué, no se cuá". A los nueve meses y después de 9 lunas se separaron para nunca más volver. El, se fue con una 9 años mayor que él y en venganza ella empezó a salir con uno de 20.
Salí abombada y me quedé parada en la puerta. Por la esquina pasó el "5". 
En 10 meses, un hombre, un número.......y me fui caminando.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La valija

Cuando Agustín metió todo en una valija y se fue, me quedé sentada en el sillón mirando mi casa sin él.  Era exactamente la misma que "antes" de él y me pregunté: ¿Y ahora qué?. Después de ocho años de relación sin hijos, y nada más que álbumes llenos de fotos, me sentí perdida.
Después de llorar una semana seguida sin parar (en el subte, en el baño del trabajo, en el escritorio de mi jefe, en el ascensor, y mientras esperaba que la china del super me de el vuelto) me inundó un sentimiento de alivio absoluto, de euforia incontrolable (tanta euforia que casi me tiro del balcón para ver si podía volar). 
Me abrazó un sentimiento de libertad (me abrazó tan fuerte que casi me asfixia) y empecé a hacer todo lo que no hacía mientras estaba con Agustín.  Básicamente, salir e interactuar con otros seres vivos. Las amigas solteras ayudaron al proceso.
Después de la euforia y mucho dinero gastado en alcohol, vino la angustia, la tristeza, el replanteo y los interminables debates con amigas y familia sobre el fin de mi relación.  Después vino el odio más absoluto cuando me enteré que el muy turro se había ido con su compañera de tae kwondo a vivir a Tailandia. Turro y mentiroso y además era malísimo en taw kwondo y ella era bien fea. 
No estaba bien, claramente, esta situación me había sacado de lugar y aunque intentaba pensar que esto le pasa a cualquiera, no lograba convencerme. Agustín y yo habíamos soñado irnos a vivir afuera, a algún destino exótico y Tailandia nos había encantado.  Me senté a mirar las fotos del álbum y lo imaginé con ella. Tiré el álbum directo al tacho de la basura y saqué la bolsa al pasillo.
Empecé a juntar todo lo que había en la casa y que se relacionaba de alguna manera con él y lo metí en una bolsa. Todo. Metí los regalos horribles que su madre nos regalaba y los adornitos espantosos que nos traía de todos sus viajes y que tuve que poner a la vista "para no hacerla sentir mal". Volé todo a la mierda. Llamé a mis amigas para contarles. 
-¡Qué bien!- me dijo Camila y continuó: -Che, ¿tu psicólogo cúando volvía de vacaciones? 
Mi compañera de oficina me dijo que tenía que leer sí o sí a Depak Chopra porque iba a entender un montón de cosas, que todo pasa por algo, bla, bla, bla. En vez de partirle el libro por la cabeza, lo metí en la cartera.
Ahí me di cuenta que no estaba muy bien. ¿Por qué será que las mujeres enloquecemos cuando algo así pasa? ¿Qué les pasa a los hombres cuándo se separan? Hacen una fiesta, claro.
Otra amiga me recomendó ver a una numeróloga. -Te va a hacer re bien - me dijo -Yo te saco el turno.
Soy una persona muy sugestionable, obsesiva, compulsiva y este tipo de cosas, más que hacerme bien, pueden llevarme a la ruina.
-Haceme caso, vos necesitás algo espiritual, algo que te conecte con otra cosa más mística - me decía. Las otras asentían mirándose de reojo. -La mina es buenísima, te va a tirar la posta y vas a poder empezar a estar más tranquila -terminó.
Tranquilidad. Eso es lo que necesito. Un poco de paz mental para evitar que el cerebro se me salga por las orejas.
Mañana voy, a la numeróloga. 

¿Te sentís identificada con lo que leés?o?

El "Hollywood" que nos arruinó la vida....

  • Atonment
  • Before Sunrise
  • Before Sunset
  • Corazones abiertos
  • Cumbres borrascosas
  • Don Juan de Marco
  • Frankie & Johnny
  • Los puentes de Madison
  • Lost in translation
  • Love Actually
  • Metroland
  • Once
  • Pride and prejudice
  • Punch-Drunk Love
  • Sense and sensibility
  • The Notebook
  • Un casamiento inolvidable
  • Une liaison pornographique
  • When Harry met Sally

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