- ¿Me estás jodiendo boluda?- me dijo Male mientras le contaba lo que había pasado cuando salí a hacer un trámite. Después se calmó y me dijo: -¿Viste? Vos no querés creer en la coincidencias. Vos no querés leer a Chopra pero el destino es el destino. Por algo pasa todo - terminó aún shockeada. Después se acordó y me dijo: -Bien que te tenías bien guardado este amor a primera vista eh! Después se fue a preparar un café.
La llamé a Luli inmediatamene y le conté lo que había pasado.
Salí al banco. Rumbeé para Florida como siempre. Venía escuchando música, abstraida del mundo. Y exactamente de frente y en la misma dirección, ni de la mano derecha, ni de la mano izquierda venía caminando Hernán. Exactamente por el medio, exactamente hacia mí. El corazón se me paró otra vez (amor a segunda vista, y segundo pseudo paro cardiorespiratorio).
Ahí empecé con mi pensamiento obsesivo compulsivo.
¿Y si no me reconoce? ¿Y si me pasa de largo qué hago? ¿Lo saludo o no?
El venía hablando por teléfono y de pronto me vio, dijo algo y cortó.
-¡No lo puedo creer!- me dijo con una sonrisa (ahí le vi esos dientes blancos perfectos)
- ¡Yo tampoco! - contesté con risita nerviosa.
Ahí ocurrió esa incómoda situación en la que él me intenta dar un beso en la mejilla y yo me paro un poco en puntas de pie y en vez de un beso termina siendo como un raspón de caras.
- ¿Qué hacés por acá?- le dije.
-¿Y vos por acá?- me contestó.
Hice como que no me di cuenta que mi pregunta era de lo más idiota y el fingió exactamente lo mismo.
-Trabajo por acá- le dije.
-Yo no, vine por el centro por unos trámites pero odio andar por acá- me contestó y siguió: -Trabajo por Nuñez.
-¡Ah, mirá vos! -dije medio nerviosa.
- Bueno, supongo que no esperaba que nuestro primer encuentro fuera en el medio de Florida y en la jungla del cemento pero ¿Por algo pasó no?- me dijo (otro que lee a Chopra pensé)
- La verdad es que esperaba llamarte cuando estuviera tranquilo para invitarte a salir uno de estos días-dijo. -¿Qué te parece mañana martes?- preguntó.
-Me parece re bien- le dije. Creo que mi cara estaba en llamas. Todos mis encantos parecían haberse escurrido por la rejilla que estaba pisando y que seguro daba a una cloaca. Casi no pude articular palabra. Me limité a contestar con monosílabos, a reirme nerviosa y a rezar para que se me fuera el fuego de la cara.
-¡Qué distinta estás de oficina!- me dijo. Linda pero distinta- terminó.
Ahí hubiera querido desaparecer de la verguenza.
- Ehhhh, vos también- le dije. Estás lin.....distinto- terminé casi en un hilo de voz seguido por una toz (que no tengo idea de dónde salió).
- Si, a veces uno debe vestirse de persona seria- se rió.
- ¡Y.....si....!- le dije largando una carjacada de lo más desubicada que se repitió tres veces (después de todo no dijo nada re gracioso y mi sentido del humor suele ser más exigente que eso).
-Bueno¿ Te llamo mañana y arreglamos dónde y cuándo?- dijo como despidiéndose mientras se agachaba levemente para darme otro beso.
- ¡Síiii, dale!- le dije y esta vez le emboqué un sentido beso en su cachete con barba de días.
Siguió su camino y yo el mío. Mientras caminaba me di vuelta para ver si era real. El se dio vuelta también y me sonrió y me saludó otra vez con la mano. A partir de ahí seguí caminando sin rumbo y me pasé tres cuadras del banco.
-Me estás jodiendo boluda!!!!- me decía Luli mientras gritaba del otro lado del teléfono. O es el amor de tu vida o es un psico que te está persiguiendo, una de dos- me dijo.
-Te siguió escondido el otro día mientras te ibas del bar, supo dónde vivías y se paró en la puerta de tu casa hoy y te siguió hasta el trabajo. Se quedó esperando en la esquina a que salieras y después dio la vuelta y te encontró de frente. Jajajaja. Esta historia es genial- decía Luli riéndose a carcajadas. -¡No lo puedo creer!- Tengo que llamar a Cata para contarle.
- Pará- le dije. A Cata le cuento yo mejor- y colgué.
Cata era la única que le iba a dar un sentido a todo esto. Me iba a preguntar algo de los números o algo así e iba a sacar sus conclusiones. Además ella era asidua clienta de la bruja.
A la noche le mandé un mensaje a Diego. Fui mala. Mandé ese mensaje que odio que manden, odio leer y no tiene sentido alguno y ahora sé que cuándo lo usan es por algo así.
"Hola Diego, mañana se me complica, mejor lo dejamos para otro día"- le puse.
"okis, mala" me contesta por toda respuesta. ¿Cuándo carajo va a dejar de ponerle "s" a todo lo que dice? El "mala" me lo merecía tal vez.
¿Y ahora qué mierda me pongo? ¡No tengo nada! La llamé a Luli otra vez y consensuamos el vestuario.
Antes de dormir miré el número de su celular en el mío 1151566150.
Datos personales
- Vicky Vai
- Soy Licenciada en RRHH y después de muchos años volví a la soltería. No creo en nada pero ¿Qué hacés si una numeróloga te dice que vas e encontrar al amor siguiendo un número exacto? ¿Matás a la amiga que te la recomendó o empezas a prestar atención? De eso se trata.
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